- Hace muy pocos meses que volvíamos a ver sobre el escenario a todos los miembros de Tahúres Zurdos unidos de nuevo. Lo hacían de manera puntual, según dijeron, para participar en un festival en favor de la Fundación Síndrome de Dravet, pero parece que les picó el gusanillo y decidieron continuar. Aquella cita fue en agosto y, desde entonces, los navarros no han parado. Por ese motivo, DIARIO DE NOTICIAS repartirá mañana un pack que incluye un CD y un DVD que recopila las canciones que más marcaron la larga trayectoria -17 años- de esta mítica banda de rock, por 12,95 euros (incluido el periódico en el precio); para los suscriptores, por 11,50 euros.

Me imagino que estará aburrida de contestar a esta pregunta pero creo que toca hacerla. ¿Cómo se encuentra? ¿Cómo está llevando la gira?

-Descubriendo un poquito cómo se siente una. He tenido un lapsus de tiempo, y volver con Tahúres supone una experimentación. Pero muy a gusto...

Después del transplante de riñón, imagino que el ritmo que tome ahora será diferente...

-Claro, para mí vuelve a ser todo nuevo. Y tengo que ver la reacción que tiene mi cuerpo ante diferentes situaciones. Pero ha sido muy bonito. Lo que pasa es que el tiempo pasa, evidentemente. Así que estoy experimentando hasta dónde llego. Pero estoy contenta, intento darlo todo.

Bueno, menudo regreso de Tahúres Zurdos... ¿Esperaban que fuera así de exitoso?

-Personalmente, lo que más me ha sorprendido es esta gente que con el tiempo no sabes si te recordará o no, y ver que vienen a los conciertos, que conocen las canciones, las más mediáticas y las que no, y que vienen con sus hijos... Nosotros hemos intentado siempre hacer una música atemporal y hay muchas cosas que siguen vigentes hoy en día. Y también creo que siempre hemos conseguido que nuestro público sea muy ecléctico, porque nunca hemos intentado aglutinar a un tipo de tribu urbana. Nosotros creemos que la gente que viene a nuestros conciertos tiene en común las canciones y lo que le dicen. Y creo que los temas son un poco estándar, así que la gente se siente identificada independientemente del pelaje que tenga.

¿Sienten que se crea una magia especial en estos conciertos recientes? ¿Que es, por decirlo de algún modo, un reencuentro familiar?

-Sí, sí, es algo alucinante. Pero también es bonito ver a gente nueva, a los hijos de los que iban a nuestros conciertos y, en algunos casos, incluso a los nietos (ríe). Esto está siendo muy emocionante, y esperamos pillar pronto ese punto guapo que se tiene cuando ya llevas tiempo tocando.

Como entrenar, lo mismo.

-Sí. Pero es increíble el cerebro de las personas, porque las canciones están ahí. Eso lo descubres cuando vuelves a ensayar después de un tiempo largo sin tocar. Y ahí están, como un archivo metido en el cerebro. Y las cosas van saliendo.

El regreso del grupo comenzó cuando su manager se casaba y quisieron juntarse, a modo de regalo, para su boda. Pero cuando empezaron a pensar seriamente el reencuentro, ¿hubo en algún momento dudas o se lanzaron desde el primer momento?

-Todo fue una casualidad. Era el regalo de boda para Luis, pero él le dio una vuelta a esta idea y pensó que a lo mejor podíamos hacer un concierto y que el dinero recaudado fuera para la Fundación Síndrome de Dravet, que es una enfermedad rara. Y el quid de la cuestión está en que era un fin de semana muy difícil en cuanto a contrataciones, porque esas fechas se suelen cerrar con mucho tiempo y la gente suele estar de vacaciones. Así que no sabíamos bien qué podría pasar, pero el hecho es que un par de días antes del festival se agotaron todas las entradas y al final resultó ser una cosa muy guapa. Yo estaba con bronquitis, igual que ahora, y estuve de baja hasta el 22 de noviembre. El concierto fue el 17 de agosto, y en ese impasse de tiempo nos iban llamando, pero sin saber qué iba a pasar. Nos llamaron personas para interesarse sobre lo que íbamos a hacer y nosotros también nos lo íbamos preguntando. Y llegó alguna proposición interesante, así que decidimos experimentar, y lanzarnos al ver qué pasa. No nos creamos expectativas, porque ya tenemos mucha experiencia en esto. Nos encantaría que las cosas fueran bien, pero hay que ser realistas. Y tampoco hemos vuelto para que esto explote, para nada. Nos lo estamos tomando con tranquilidad...

Con tranquilidad, vale, pero desde su reencuentro esto ha sido un no parar. ¿Tenían mono de carretera y manta?

-Es un poco peculiar el tema. Obviamente, las cosas van cambiando y este negocio no es igual ahora que hace quince años. Y vamos aprendiendo poco a poco, porque la vida está para aprender, para eso hemos nacido y es muy gratificante. Y hay que ir pillando el pulso del negocio de la música ahora, que es más inmediato. Vaya, estamos adaptándonos y descubriendo cosas nuevas.

Ha dicho que está con bronquitis... No es el mejor momento, desde luego. ¿Qué pasa con el coronavirus? ¿Va a afectar de alguna manera a su gira de conciertos o de momento sigue todo en marcha?

-En nuestro caso no tenemos ni idea. Ya sabes eso de "cuando veas las barbas de tu vecino cortar...". Estamos viendo que se están aplazando conciertos de gente que tenía todas las entradas vendidas. Así que estamos expectantes, a ver qué pasa. Pero es algo que le está pasando a todo el mundo. Y creo que nos lo tenemos que tomar con cierta calma, no tener paranoia... Yo estoy en un grupo de riesgo por mi transplante de riñón, y ayer mismo comuniqué algo que me resulta algo distópico, que es que los médicos me han dicho que procure no abrazar ni besar. Y la gente está siendo muy comprensiva. Yo no soy paranoica ni aprensiva, pero por precaución nos tenemos que cuidar...

Sí, la verdad es que es algo que está pasando a más gente de la esperada. Esta misma semana hemos sabido que el Iruña Rock se aplazaba...

-Exactamente... Son cosas que te dejan un poco pensativa.

Cambiando de tema, mañana repartimos con DIARIO DE NOTICIAS un disco recopilatorio de los 17 años de trayectoria del grupo. Echando la vista atrás, ¿cómo los recuerda?

-Muy bien, la verdad. La vida va en paralelo a la carrera y cuando nos juntamos también crecimos como personas. Así que son muchas vivencias que están relacionadas a aquello que vivimos. Hay momentos mejores y peores, claro, pero echando la vista atrás yo me siento muy orgullosa de todo lo que hicimos.

¿Cree que las canciones de este disco son las que mejor recogen todos aquellos años?

-Realmente hacer un repertorio es bastante difícil, más cuando tú tienes un montón de canciones y cuando, echando la vista atrás, estas canciones tienen algo que las hace no ser una canción de relleno precisamente, tienen una historia... Así que hacer un repertorio es muy difícil y algunas veces nos dejamos fuera canciones. El criterio para escogerlas es como los colores, cada uno a su gusto. Pero creo que tanto con el CD como con el DVD el público tiene mucho tiempo para ver un concierto que fue muy importante para nosotros y muy especial.

Son 16 las canciones que componen este álbum. Si ya habría sido difícil seleccionarlas, ¿escoger solo una es misión imposible? Inténtelo.

-¡Ufff! Lo tengo que pensar, pero probablemente serían Naufragio o Azul.

¿Qué me dice de los primeros años de Tahúres? ¿Lo tuvo fácil para entrar en el panorama musical?

-Creo que las cosas pasan porque hay una coordinación. De repente estás en el momento justo. Pero de todas formas sí que cuesta que te tomen en serio y hacerte tu pequeño hueco. Es complicado. Y antes era diferente. Ahora, usadas bien, las herramientas que hay pueden resultar muy útiles. En nuestro caso nada de esto existía, así que las vivencias son muy diferentes.

Entonces, ¿ahora lo tendría más fácil? ¿O a las nuevas generaciones lo único que les interesa es lo que denominó un día como 'hamburguesa de rata'?

-Bueno, creo que precisamente lo bueno de esto es que tienes cien mil opciones. Aunque eso también tiene su punto negativo. Cuando la parte digital empezó, nos hicieron creer que iba a ser increíble porque íbamos a llegar a muchos lugares. Pero no contábamos con que había miles o millones de personas que estaban haciendo exactamente lo mismo. Y es difícil encontrar algo que te diferencie. Es un poco como antes, pero ahora con más inmediatez y más gente.

¿Cómo les suena la música que hacían en los años 90? Hay canciones como 'Chicas fuertes', 'La puta' o 'Planeta ruido' que ya tenían cabida en esos años, ahora todavía más.

-Claro, porque siempre hemos intentado hacer canciones intemporales. Y a veces te quedas flipando porque hay algunas que son hasta proféticas y muy vigentes. Para bien o para mal. Es lo que hemos intentado hacer siempre, porque a nosotros nos gustan también las canciones que se han escrito hace cuarenta años y que parecen escritas ayer. Hay situaciones en la vida que son intemporales y creo que Tahúres hemos conseguido plasmarlas. Y la gente se sigue identificando porque hay cosas que no cambian, por suerte o por desgracia.

Por desgracia, más bien, al menos en esas canciones que he mencionado.

-Efectivamente.

¿Escucharemos en un futuro nuevas composiciones de Tahúres?

-La verdad es que yo no he dejado de componer. Al margen de que sea con Tahúres o no. Y cuando tú compones te tienes que adaptar al formato que estás haciendo... Así que hay cositas que se están haciendo y que se pueden llegar a convertir en una canción. Es nuestro trabajo y nuestra pulsión, al menos en nuestro caso.

Dejamos entonces la puerta abierta...

-Sí, sí, la puerta siempre está abierta. Creo que cerrar puertas no es inteligente. Lo mejor es dejarlas abiertas, que entre luz por ellas...

¿El plan por el momento es seguir tocando hasta que les sangren los dedos?

-No sé qué decirte. De momento estamos experimentando y descubriendo cosas nuevas. Así que todo dependerá de cómo caminemos por los senderos que se nos abren.

"Estoy probando y viendo hasta dónde llego en esta nueva etapa, pero por ahora todo está siendo muy bonito"

"Lo que más sorprende es

la gente, que sigue viniendo

a vernos y recordando todas nuestras canciones"

"Con sus momentos buenos y malos, echo la vista atrás

y me siento muy orgullosa

de todo lo que hicimos"