“Estamos en un momento económico terrible y yo estoy feliz porque me dedico a lo que quiero, se abrirá una puerta o la abriré yo misma, me inventaré la llave”. Así resume a Efe la actriz Esperanza Guardado cómo está el mundo de la interpretación, una profesión tan vocacional como precaria, golpeada doblemente por la crisis del coronavirus.

La profesión mira de reojo a las ayudas públicas mientras se preocupa por las medidas de seguridad que seguirán salas y rodajes. Y las actrices jóvenes asumen que esta es solo una de las muchas crisis que afrontarán y se preparan para salir de ella con más ingenio y ganas.

“La crisis me va a afectar económicamente, pero confío en tener las fuerzas y el valor para trabajar de otra cosa durante un tiempo e ir viviendo poquito a poco”, cuenta a Efe Esperanza Guardado.

Guardado estudió interpretación en Córdoba y poco después fue a probar suerte a Sevilla. Allí tuvo trabajos de todo tipo para sobrevivir y desarrollar proyectos: “fui fregaplatos que es lo más horrible que me ha pasado en la vida, pero fue una época muy bonita en la escuela”.

Su caso es uno más en una profesión donde en 2016 tan solo el 8% podían vivir plenamente de ella, según datos de la entidad Aisge (Artistas Intérpretes, Entidad de Gestión de Derechos de Propiedad Intelectual).

En una carrera donde las caras nuevas tienen que competir con grandes nombres, las mujeres vuelven a tenerlo más difícil que ellos y es que tienen una tasa de desempleo seis puntos mayor, revelan datos de Aisge.

“Ser actriz y estar empezando es buscarte la vida, no hay nada claro, es un ensayo y error, siempre con muchísima incertidumbre”, dice a Efe Inma Almagro, que se ha formado con Juan Carlos Corazza y actualmente está en la escuela de Raquel Pérez.

Esta murciana de 24 años preparaba antes de la pandemia un montaje teatral de final de formación que debía darle la oportunidad de mostrarse ante público y representantes.

“Esto es una traba más, si normalmente las oportunidades son reducidas ahora será peor, porque quien pone el dinero se la jugará menos e irá a las caras conocidas”, asume.

Con todas las complicaciones, tiene claro que “el futuro de los actores es siempre incierto con o sin coronavirus”, porque han elegido “una profesión que es complicada en sí misma”.

A pesar de todo, estas mujeres no tiran la toalla.

Esperanza zanja: “ser actriz aunque es un camino súper precario y que nadie le aconsejaría a sus hijos, pero para mí ha significado el comienzo de la vida, lo más importante en este mundo es sentirse realizado y hacer lo que se desea”.