El trikitilari bilbaíno Kepa Junkera ha sido galardonado con el Adarra Saria 2020 “por su contribución a la euskal musika con su enorme y valiosísima producción discográfica y su variada y frecuente actividad en directo con músicos de todos los estilos, procedencias y tradiciones musicales y culturales”. A causa del coronavirus, la entrega del galardón no se pudo llevar a cabo el 21 de junio, Día Europeo de la Música y fecha habitual, y se ha pasado a una fecha aún por determinar.

El comité asesor del premio ha valorado la contribución del músico a la cultura vasca y “su curiosidad e inteligencia musical, que le han permitido adaptarse a variadas circunstancias y entornos artísticos”. Además, el fallo destaca “su proyección internacional y su difusión de la música vasca, su virtuosismo, su apego y respeto a la tradición y su capacidad para innovar”.

Cuenta con “un acerbo y repertorio propio” y “la creación de un estilo y la apertura de nuevas sendas y posibilidades para los nuevos creadores”, firma el texto.

La decisión del galardón, que el pasado año recayó en el grupo Berri Txarrak de Lekunberri, ha corrido a cargo del periodista Juan González Andrés, la directora del Instituto Etxepare, Irene Larraza, y la directora de comunicación de Donostia Kultura, Jaione Askasibar.

La entrega del Adarra Saria de este año no se podrá celebrar en su fecha habitual, a causa de la actual situación sanitaria, aunque el Ayuntamiento de Donostia ya trabaja en un nuevo día que se anunciará en las próximas semanas.

amor por la música vasca El reconocimiento a Kepa Junkera llega tras el ictus que sufrió a comienzos del pasado año en Bélgica y que le mantiene alejado de los focos mediáticos durante los últimos meses.

Nacido en Bilbao en 1965, el artista empezó desde muy joven en el campo de la música tradicional, desde la que se ha ido convirtiendo en uno de los músicos vascos más internacionales.

Fruto de este interés por lo local surgieron sus primeros discos como Kepa, Zabaleta eta Motriku (1987), Triki Up (1990), Trikitixa Zoom (1991), Trans Europe Diatonique (1993), Kalejira Al-Buk (1994), Lau eskutara (1995) y Leonen orroak (1996).

Uno de sus álbumes más reconocidos llegó en 1998, Bilbao 00:00 horas, un homenaje de más de 40 minutos a su ciudad natal.

Tras él, dirigió sus miras hacia otros lugares como Armenia, Bulgaria y Albania, con los que fundó la música vasca en Maren (2001), que complementaría ocho años después con Kalea, para el que viajó al continente americano y colaboró con 82 artistas de once países diferentes.

Entre sus mayores reconocimientos se encuentran K, el disco doble que grabó en el Teatro Arriaga de Bilbao y con el que logró el Grammy Latino al Mejor Álbum Folk, e Hiri, seleccionado como mejor disco de World Music por la prestigiosa World Music Charts Europe.

En los últimos años se sumergió en la música catalana con Enllà, participó en la grabación de Te con otros prestigiosos acordeonistas europeos, estuvo en el espectáculo Harri Txiki junto al harrijasotzaile Iñaki Perurena y editó Ath-Thurdá, un proyecto en colaboración con músicos de Portugal.

Hasta el momento, el Adarra Saria ha recaído en las manos de Mikel Laboa, Ruper Ordorika, Benito Lertxundi, Fermin Muguruza, Anari y los mencionados Berri Txarrak.