- De buena podría calificarse la corrida que las Hermanas Azcona lidiaron en Ossa de Montiel: muy bien presentada, los cuatro cuatreños fueron aplaudidos de salida y tres de ellos en el arrastre. El 4º quedó un tanto inédito al mermarse en el primer tercio tras quedar durante interminables segundos sin poder liberarse del caballo de picar, que se le derrumbó encima. El envío de Olite, además, mostró gran nobleza y clase en los engaños, propiciando el triunfo de los de a pie, Manuel Escribano y Esaú Fernández, sevillanos que se repartieron a partes iguales seis orejas. Mas en el debe, las ganaderas tendrán que apuntar la escasez de fuerzas en sus pupilos.

Un canto a la clase podría haber compuesto la pluma de Federico García Lorca, de Rafael Alberti, o toda la generación del 27, como ya lo hicieran con el leorardesco de la cultura toral Ignacio Sánchez Mejías (+ 1934, Manzanares, vecina ciudarrealeña de la Lagunas de Ruidera y Ossa de Montiel). Mas, también, un pequeño llanto a la escasez de fuerza de los toros. Es justo apuntar que la corrida lidia tuvo, en exceso, previas, difíciles y largas vicisitudes el sábado en el desembarque por las muy malas y complicadas condiciones de manejo en corrales, donde hubo que habilitar y reconocer a 9 toros (6 de azcona y tres de rejones). Con un único y angosto corral y seis chiqueros, los cuatro titulares de Olite tuvieron que permanecer enchiquerados hasta 25 horas en vez de las habituales cinco o seis.

El espectáculo pede calificaste de entretenido a pesar del fracaso por manso del lote murubeño enviado para rejoneo. El albaceteño José Manuel Munera lo intentó con enorme voluntad, pero sin respuesta alguna. Brilló por momentos con el caballo Panamá, procedente del hierro PH de Pablo Hermoso de Mendoza.

Función más entretenida que emocionante, con dos toreros poderosos que supieron exprimir las buenas maneras de los toros navarros.

Los mejores momentos del festejo mixto vinieron con la lidia segunda, con el primer toro de a pie. La veteranía y grandes facultades de Manuel Escribano encontraron una enclasadísima respuesta de Almendrito, precioso toro castaño de finas y atléticas hechuras y que desparramó por el ruedo de Ossa un tratado de clase: fijeza en el caballo y embestidas muy humilladas al ralentí. Por momentos, Escribano pensó que estaba toreando a cámara lenta en las alturas aztecas o andinas. Perdió la segunda oreja por pinchar.

Esaú entendió bien al 2º, Limonero, en corto desde el inicio para tapar tentaciones mansitas del animal. Entonado Esaú. Artesano, el 3º, tuvo mayor poder y rasmia. Escribano estuvo a la altura. El último, Príncipe, un tiazo como sus hermanos, dejó manca la valoración al quedar sin gas por la mentada mala suerte del piquero.

Hermanas Azcona. 4 toros de Azcona, muy bien presentados. Nobles con clase, sobre todo el 1º. Más encastado y con mayor correa el 3º. El 4º quedó muy mermado en el primer tercio.

Frías. Dos toros, deslucidos, para rejones.

Manuel Escribano. Oreja y dos orejas.

Esaú Fernández. Dos orejas y oreja.

José Manuel Munera. Silencio y ovación tras aviso.

Presidencia. Ramón Serrano. Y F. José Serrano (artístico) y Celia Cuervas-Mons (veterinaria. Bien.

Incidencias. Bueno y fresco. 600 personas (30 de Navarra).