Ante el 40º aniversario de su muerte, la Biblioteca Nacional homenajeó ayer la figura y obra de la bibliotecaria, filóloga y lexicógrafa María Moliner, en un acto presidido por la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, que definió a Moliner como una mujer que “entendió de manera radicalmente igualitaria lo que representa acceder a la lectura”.

“María Moliner sabía perfectamente que los libros tenían que llegar a todos los confines del territorio de un país que se quiere a sí mismo”, destacó la ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Carmen Calvo.

El acto contó con la intervención del director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado, la presidenta del Patronato de la BNE, Soledad Puértolas, así como con su director técnico José Luis Bueren.

Calvo resaltó la labor desempeñada por Moliner en misiones pedagógicas en las que “no se trataba de avanzar de manera elitista, sino de repartir el bien que significan la cultura y el conocimiento”, explicó haciendo hincapié en que antes y ahora, “un país siempre se la juega en sus aulas y bibliotecas”.

“Moliner fue una mujer que entendió la cultura a ras de suelo, como un compromiso popular y profundamente democrático”, señaló sobre su labor en misiones pedagógicas llevadas a cabo en la II República, con el fin de promover el acceso a la cultura y a la lectura para las clases más humildes.

La vicepresidenta recalcó que “estamos ante una deuda inmensa con doña María Moliner”, no solo por su labor poliédrica con la elaboración de su diccionario y su contribución a las bibliotecas sino también por ser parte de “un grupo de mujeres que a lo largo de la historia de España nos han representado a todas las demás”.

Con su intervención, en la que también tildó de “injusto” el escaso reconocimiento hacia Moliner en la época en la que desempeñó sus aportaciones, también coincidió Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

“No es la Academia la culpable de cierta filosofía antifeminista que existía en ese tiempo, y aunque parte de esta animadversión se había paliado en la época de Moliner, tenía méritos más que sobrados para estar en la Real Academia”, destacó, añadiendo nombres como el de Emilia Pardo Bazán a la lista de mujeres que, a pesar de realizar grandes aportaciones, quedaron fuera de la Real Academia.

Muñoz también subrayó la “valentía” de Moliner al enfrentarse de forma individual a “realizar un diccionario completo”, labor que calificó como “formidable”, y compleja en la época, no solo por la condición de mujer sino también por la dificultad que conlleva abarcar una tarea larga como es dar forma a un diccionario, cuyas palabras “cambian y evolucionan de forma constante”.

Por su parte, la actriz Natalia Hernández leyó la introducción de la carta a los bibliotecarios rurales que Moliner redactó como prólogo a las Instrucciones para el servicio de pequeñas bibliotecas (1937), un texto que según argumentó la presidenta del Patronato de la BNE, Soledad Puértolas, pone de manifiesto la “naturalidad y sencillez” propias de Moliner.

Con esta sencillez, la autora pretendía “llegar de forma directa” al lector, para proseguir en la que Puértolas definió como su “gran batalla”, la de lograr que “los libros no estuvieran encerrados en armarios, sino que se pudiesen coger siendo accesibles”, desgranó.

“Fue una facilitadora, quería que se perdiera el temor a acceder a la cultura que se guarda en los libros, todo el mundo es digno de cultura y eso es lo que ella quería inculcar”, resaltó.

Con estas palabras coincidió José Luis Bueren, director técnico de la Biblioteca Nacional, que destacó la labor de Moliner como bibliotecaria, en la que “planteaba un cambio de concepto con la lectura al servicio de toda la sociedad”, acercando los libros en sus misiones pedagógicas a distintos rincones de España.

“Moliner entendió la cultura a ras de suelo, como un compromiso popular y democrático”

Vicepresidenta del Gobierno

“Batalló para que los libros no estuvieran encerrados en armarios y fueran accesibles”

Escritora