En 2018, el actor navarro Ion Iraizoz creó una pequeña pieza teatral sobre su 39 cumpleaños para un taller que realizaba con Carlos Tuñón. "Entonces él me dijo que no abandonara esa idea", así que cuando se acercaba la celebración de los 40 "y una amiga del Teatro del Barrio me preguntó si tenía algo para representar una sola vez, me acordé y le dije que sí". Así, el 21 de mayo de 2019, el intérprete celebró una peculiar fiesta sobre el escenario titulada El último martes antes de cumplir 40, a la que acudieron amigos, colegas y familiares que tocaron música, compartieron anécdotas, leyeron textos... Como su padre, "que un par de meses antes me llamó para decirme que quería leer algo, pero no me contó qué era". Y al final de la celebración "subió y leyó un texto que mi madre había escrito cuando estaba embarazada de mí y que había estado perdido en un cajón durante décadas". Su madre entonces estudiaba Psicología y como no pudo terminar el curso dado lo avanzado de su estado, un profesor le encargó un trabajo sobre lo que sentía en esos momentos, sobre el parto, el postparto... "Fue muy emocionante escuchar esa reflexión que ella hace sobre por qué decidió tener otro hijo, cómo vivió los días posteriores a mi nacimiento...", dice Iraizoz, que a partir de lo acontecido en aquella cita ha creado Beautiful Stranger, una propuesta autoficcional, "que no autobiográfica", sobre la identidad cuyo estreno tendrá lugar este sábado, 30 de enero, a las 19.30 horas, en la casa de cultura de Villava.

"El punto de partida soy yo intentando reconstruir qué sucedió en aquella fiesta a partir de mis propios recuerdos", señala Iraizoz, que sitúa al espectador en un "cruce de caminos entre la realidad y la ficción" en el que brota una reflexión sobre la identidad. "En realidad, todo el planteamiento es un pretexto para hablar sobre la identidad y sobre la forma en que nos vemos y nos relacionamos con nosotros mismos y nuestras contradicciones", agrega el actor, a quien inspiró especialmente el libro Ser o no ser (un cuerpo), de Santiago Alba Rico. De hecho, en el montaje aparece una de las frases de este volumen: "El cuerpo cambia tanto a lo largo de la vida que debería tener un nombre distinto cada día y para cada uno de los estados". Y es que el cuerpo se identifica "con un nombre que no eliges, un sexo que tampoco eliges, una clase social heredada por la familia, una educación, una nacionalidad y una herencia genética". En ese sentido, "casi todo lo que conforma la identidad es heredado. Yo soy todo eso, sí, pero al mismo tiempo no lo soy. Yo soy otro, nosotros somos otros, cualquiera de esos hermosos desconocidos con los que nos cruzamos a diario", apunta.

Comedia existencial

Pero esta obra no habla solo de la identidad o identidades de Ion Iraizoz. "Aunque parte de un hecho real, esto es autoficción, no autobiografía, así que hay un proceso de distanciamiento de los personajes reales", explica. Algo de esto ya lo puso en práctica junto a sus compañeros de La Caja Flotante en Catástrofe, su montaje anterior, "pero ahora voy mucho más allá". Además, "yo no parto de mí para hablar de mí, sino de todos nosotros", incide, y aquí cita de Godard: "Para hablar de los otros hay que tener la modestia y la honestidad de hablar de uno mismo". Si tuviera que calificar la obra, diría que es "una comedia existencial". "Es la obra que siento más mía, por el sentido del humor, por la manera de contar, por el texto...", confiesa.

Dispositivo escénico

En cuanto a la puesta en escena, este es un proyecto híbrido en el que el actor utiliza técnicas de storytelling, vídeo en directo, videocreación y voz en off (suya y de otros).