- El año más difícil para la música, el del estallido de la pandemia, los confinamientos y el cierre de los comercios físicos, no logró frenar el avance de la música grabada en España, cuya industria logró aumentar sus ingresos un 4,4% gracias al empuje del streaming una vez más. Lo refleja así el informe emitido ayer desde Londres por la Federación Fonográfica Internacional y los datos ofrecidos en paralelo por Promusicae, la principal asociación de productores en España, que ha informado de que el sector percibió en total 354 millones de euros en 2020.

Podría haber sido mucho más, ya que cayeron fuentes como la recaudación por derechos de gestión colectiva, un 27% concretamente (37,1 millones frente a los 51,3 del año previo), sobre todo por el cierre de bares, restaurantes y otros espacios públicos que pagan por utilizar música. Igualmente afectadas se vieron las ventas en formato físico, que acumularon una caída en ingresos del 24,5% respecto al año previo, con 2,3 millones de unidades despachadas menos en comparación con 2019, en su mayoría discos compactos.

Promusicae estima que, de no haber padecido los embates inesperados de la pandemia, esta industria habría llegado a los 400 millones de euros, 50 más de lo finalmente recaudado. Además, el 4,4% de aumento de España queda por debajo de la media del mercado mundial, que según la IFPI creció un 7,4%.

Al cierre de tiendas durante el confinamiento y a las posteriores restricciones al comercio achaca Promusicae la “aceleración” en la transición hacia lo digital experimentada en el último año, cuando por primera vez se superaron los 50.000 millones de reproducciones en un año. A día de hoy, un 82,4% del total de los ingresos de la música grabada en España procede ya del digital, que generó unos 259 millones prácticamente gracias solo al streaming, con un porcentaje cada vez más residual procedente descargas de canciones, álbumes y vídeos (5,2 millones) y los productos para móviles, tonos de llamada y espera (2,9 millones). En la misma línea, subió un 13,5% el volumen final de suscripciones de pago (157,4 millones), pero menos que en 2019, cuando el alza fue del 35%. El dato positivo lo pone el número concreto de abonados, que ya son 3,7 millones.

Otro dato positivo fue el aguante de los vinilos, que se salvaron de la mencionada bajada de los formatos físicos y mantuvieron prácticamente el mismo número de copias vendidas que en 2019: 1,2 millones, que reportaron 55,2 millones de euros (17,6% de las ventas del año).