- "Muchos hombres que vieron Invisibles, no sé si iban arrastrados o no, me acababan diciendo que se sentían identificados con lo que contaba la película: el comienzo de la decadencia física, psicológica y laboral". Contrariamente a lo que pudiera parecer, la película de Gracia Querejeta, Invisibles, que se proyectó ayer en la 27ª Muestra de Cine Español de Tudela, no está dirigida estrictamente al público femenino, sino que, como explicó ayer la propia Querejeta, demuestra que la invisibilidad afecta a un grupo de edad, además de a un sexo. Emma Suárez, una de las actrices afirma durante la película "ya no te miran, ya no te desean, ya no eres una opción. Bienvenida al mundo de las mujeres invisibles". Así pues, también muchos hombres entran también dentro de ese "superpoder".

La realizadora recibió ayer el premio Castildetierra por su carrera, de la que se cumplen 30 años desde que rodó su primera película, Una estación de paso. Habitual en las muestra de Tudela (ha estado en al menos 4 ocasiones y su padre recibió un homenaje en 2007), Querejeta trajo ayer bajo el brazo su última película Invisibles que se estrenó el 6 de marzo de 2020 antes del confinamiento y antes de la pandemia. Esto partió la recaudación y le afectó de forma muy importante, "la película no se recupera económicamente. Como es de coste pequeño, 1,2 millones de euros, se recuperará pero hubiera podido ser un auténtico éxito si no hubiese pasado esto. Es una putada pero hay que entender que es solo una película y que la pandemia ha afectado a muchísima gente".

La película nació con la idea de que fuera una serie para después convertirse en película y finalmente podrá tener una nueva vida como serie. Pese a todo, la idea nació hace muchos años y ha tenido un nacimiento bastante dificultoso. "Un día le plantee a Antonio Mercero 'quiero hacer una peli de una mujeres que se reúnen en un parque y hablan de sus cosas'", explicó. Pero el desarrollo fue más complicado, "hace años que cada proyecto que escribes se convierte en un misterio de cara a si se podrá hacer. Esto no ocurría cuando trabajaba con mi padre, no existían las plataformas, ni las privadas. Escribíamos guiones y no había dudas de que se iban a hacer. Hacer cine era más sencillo, la dificultad para hacer una película que no sea con 4 amigos sino industrialmente sostenible, que se pueda emitir y distribuir es considerable".

Con respecto al acoso, uno de los temas que se aborda en la película, indicó que "la permisibilidad con ello no es la misma hoy que cuando yo tenía 20 años y empecé a codearme en los rodajes. En aquellos años, dar una palmada en el culo a una chica que pasaba no era tan infrecuente, ni tan mal visto, aunque a la chica le pareciera una putada y no le gustara. Han cambiado las cosas afortunadamente".

Para la realizadora hay algo más que la discriminación que impide a las mujeres llegar a puestos de dirección en el cine, "en la medida en que llevamos el peso de la vida domestica hay mujeres que prefieren tener trabajos que no sean tan expuestos y tan complejos de conciliar con la vida familiar. Ser director de cine es no saber qué va a pasar pasado mañana ni a que hora vas a salir" y negó que hubiera discriminación para acceder a dinero en la producción, "hoy en día ningún productor, que yo conozca, va a rechazar un proyecto que merezca la pena porque esté dirigido por una mujer, todo lo contrario. Te dicen que tienes que tener 5 ó 6 mujeres en puestos de dirección en la película y sino te quedas sin los puntos para la subvención del ministerio. Hay muchos hombres con carreras solidas que no entienden esa discriminación y que les está afectando".

Querejeta prepara en la actualidad una película, El jurado, y ha terminado una serie rodada en Pamplona (Ana Tramel) que TVE estrenará en septiembre.

"Ningún productor va a rechazar un proyecto que merezca la pena porque lo dirija una mujer"

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