"Pensar, reflexionar y divertir", estos son los objetivos que se planeta la escritora y guionista Cuca Canals con Karlitos Marx, Rinus Descartes o Sócrates Junior, los pequeños filósofos investigadores de su serie "Filo & Sofía", una suerte de "cóctel" literario en el que mezcla misterio y filosofía.En esta ocasión, Canals retoma a Karlitos Marx en la segunda entrega de sus aventuras, "El caso de la fábrica de la muerte" (Edebé), una historia que llevará a este pequeño filósofo a investigar las desapariciones de varias empleadas de una fábrica tras la muerte, supuestamente accidental, de un importante empleado de esta empresa.

Una trama, incluida en su colección "Filo & Sofía" en la que mezcla el misterio y la filosofía, un "cóctel que funciona bien", dice la autora a Efe, porque así resulta más "divertido" acercar la filosofía a los más pequeños de una manera divertida y hacer que cuando lleguen a estudiarlos "no les suene a chino".

"Es una novela que les va muy bien a los niños y niñas para su forma de pensar y reflexionar, porque esto es una carencia que hay hoy día en los niños de 10 años, piensan poco, van de una pantalla a otra y se quedan ahí", lamenta esta escritora y guionista de películas como "Jamón, jamón" (1992) de Bigas Luna.

Feliz porque también se trata de una saga que gusta a los adultos, Canals explica por qué decidió hacer coincidir a sus pequeños filósofos en un orfanato: "Por su afán de sobrevivir". Una necesidad vital que narra con unas tramas divertidas cuyo nexo común es "La Academia", una agencia de investigación dirigida por la pequeña Sofía Hipatia y cuyos métodos están basados en la filosofía.

"Amor a la filosofía es lo que muestran estos niños que buscan con el conocimiento e intentan llegar donde no llegan otros en su afán de sobrevivir porque son niños huérfanos. Me surgió esta idea para poder juntarlos a todos, a Marx, a Nietzsche, a Hume o a Sócrates y Descartes", explica.

Pero cada uno de ellos tiene una cualidad distinta para resolver los casos, por eso Hume da más importancia a la "experiencia de los sentidos" y Descartes lo pone "todo en duda".

Y en el caso de Marx, este filósofo ha sido el elegido para protagonizar esta historia por tratarse de un caso que sucede en una fábrica donde se da un caso de explotación: "Me he imaginado a Carlitos Marx como un niño que busca la justicia social", añade a la vez que advierte que su mayor ayudante para escribir sobre estos niños filósofos es su hijo de 16 años, un amante de la filosofía.

Con una escritura ágil que atrapará a los lectores, Canals reconoce que aquí hay mucho de su faceta cinematográfica, algo que se nota en los puntos de giro que hacen que se consiga el efecto de "beberse un libro".

Según lamenta Canals (Barcelona, 1962), le hubiera "gustado" incluir en este orfanato a niñas filósofas pero, "por desgracia", no hay muchas y por eso ha hecho que la filósofa neoplatónica Hipatia de Alejandría se convierta en Sofía Ipatia, la directora de La Academia.

"Otra cosa -añade- es que no descarto que La Academia tenga invitados, y espero poder escribir 200 entregas y así podré ir renovando a los niños y poniendo otros. Está bien que en esta serie estén los ultra tops, pero por desgracia en muchas artes no había muchas mujeres".

A la espera de volver a disfrutar de otra historia protagonizada por alguno de estos brillantes jóvenes -el próximo estará dedicado a Nietzsche- Canals no duda en reconocer que si estos niños vivieran se los llevaría a todos "a su casa" porque ya los considera como sus hijos.