El festival Flamenco On Fire ha bajado el telón -hasta el año que viene- de una edición más que exitosa en la que grandes figuras del género, como Falete, Niña Pastori, Pansequito o Manuel Liñan, entre otros, se han acercado a Pamplona y Tudela para ofrecer al público su arte más puro y sincero. Y el público, agradecido, ha respondido, llenando el aforo de casi todos los espectáculos programados tanto en Baluarte como en la Ciudadela, los balcones y resto de lugares y rincones hasta los que ha llegado el flamenco estos días. Porque sí, en Pamplona se ha sentido y respirado flamenco durante cinco exitosos días, dejando más que claro que el Flamenco On Fire es un festival tremendamente consolidado ya en esta tierra y que tiene tirón para rato.

Se lo dijimos al inicio de este festival y no nos equivocamos: Navarra es flamenca. Y se ha demostrado en los grandes conciertos de artistas referentes de la escena, así como en las citas musicales en la calle, las diferentes conferencias y mesas redondas o las visitas guiadas organizadas a lo largo de esta octava edición, que aunque se celebró entre los días 25 y 29 de este mes, ya fue calentando motores poco antes con el ciclo musical F On Fire celebrado en Estella y Viana. Ya el miércoles, día 25, Falete fue el encargado de inaugurar el ciclo Grandes Conciertos, siendo el suyo en el Teatro Gaztambide de Tudela y el resto de citas en el Auditorio Baluarte de Pamplona. Después de él, Niña Pastori, Javier Ruibal, Manuel Liñán, Pansequito, Antonio Reyes, Israel Fernández y Buika se subieron al escenario de este ciclo, uno de los más esperados por todo el público por su inigualable calidad. Por segundo año consecutivo, el público pudo disfrutar de una serie de espectáculos que se llevaron a cabo en el escenario ubicado en la Ciudadela de Pamplona, en el que, bajo el nombre de Ciudadela SXXI, se pudo disfrutar de las propuestas más disruptivas de la edición. Frank Maza, Niño de Elche, Big Lois y Juanito Makandé fueron las propuestas de este arriesgado ciclo que, sin duda, se ha convertido en una cita necesaria para mostrar la variedad y la riqueza de las propuestas artísticas flamencas del momento.

El flamenco más callejero

No ha faltado en esta edición el flamenco más callejero, ese que llega a todos los rincones de la ciudad y que hace que hasta las farolas se emocionen. Desde luego, el público lo hizo, y mucho, arrancándose a tocar las palmas en las actuaciones y a gritar olé tras olé. Las citas en los balcones y en diferentes plazas se han convertido ya en uno de los sellos de este festival. Por primera vez, Tudela también tuvo la suerte de acoger algunos de los espectáculos del ciclo Calles, balcones, kioskos y patios, con actuaciones de artistas como José Jiménez Tío Selín o Maui. En Pamplona, las actuaciones en el balcón del Ayuntamiento, en civivox Condestable o en el Palacio de Ezpeleta se llenaban de un público ansioso por escuchar la mejor música flamenca en estos lugares particulares. Sin duda, una cita especial que, a pesar de la situación actual provocada por el coronavirus, rebosaba felicidad. En estos lugares mencionados pasaron artistas tan interesantes como Inés Bacán, Dolores La Agujetas, Niño de Elche, Pansequito o Diego del Morao, entre otros.

Jornadas y visitas

Quien se haya acercado algún día a alguno de los actos organizados por el Flamenco On Fire seguro conoce la figura del maestro Sabicas. Porque ese ha sido, desde un inicio, uno de los objetivos de este festival: reivindicar la importancia de este artista internacional, que recogió éxitos en todo el mundo con su guitarra en la mano y Navarra por bandera. Por esto, se volvieron a celebrar, un año más, las jornadas Eterno Sabicas, en las que se reflexionó sobre temas que causan mucho interés entre el público como el papel de la mujer en el flamenco, entre otros.

La guinda del pastel fueron unas visitas guiadas, novedad en esta edición, sobre La Pamplona de Sabicas. A cargo de ellas estaba Iosu Ximénez, pariente del maestro, quien condujo a todos los que se apuntaron a esta actividad por diferentes rincones de la parte vieja de la ciudad por los que Sabicas dejó su huella o en los que el pueblo gitano ha sido protagonista.

Con todo, estas actividades, de las que aquí se han mencionado solamente unas pinceladas, han permitido reafirmar que Navarra es comunidad flamenca y que el público aguarda ya con ganas una próxima edición que, sin duda, no defraudará.