Suma más 12 años en esto de la música, con una propuesta inclasificable en género y, eso sí, siempre con letras cargadas de crítica social. "Tengo al Spotify loco", dice María Peláe (Málaga, 1990), antes de su actuación en el Teatro Gayarre. Será su regreso a Pamplona, tras su paso por el festival Flamenco On Fire 2020: "Teníamos muchísimas ganas de volver".

Para aquellos que no conozcan su propuesta musical: ¿María Peláe es flamenca, es pop, es música urbana, es fusión, es€?

-Pues, tengo liado al Spotify y no sabría donde ponerme la verdad (risas). Por eso creo que todo se entiende en el mismo concierto, porque caben todo tipo de estilos: desde la canción La niña, a Mi tío Juan, pasando por Que vengan a por mí... Es un repaso por todo lo que vengo haciendo desde hace 13 años, un 360 de lo que es este minimundo..

Eso sí, siempre ha dejado claro que no rapea, sino pregona.

-Desde pequeña he venido escuchando el carnaval de Cádiz, a Lola Flores... Y cuando empecé a escribir intentaba hacer una especie de rap, pero me salían pregones. Es una manera normal mía de escribir, sobre todo en un principio, cuando iba sola a guitarra y voz por tanguillos de Cádiz, ahí que tiraba. Y ahora mezclamos con otro tipo de producciones, que es como ponerle otro traje a lo que veníamos haciendo.

Ha mencionado el carnaval y es que aunque es malagueña, el humor que respiran sus canciones nos lleva más a Cádiz, ¿no?

-Realmente empecé a escribir después de ver varias comparsas de Antonio Martínez Ares en el Carnaval de Cádiz y aunque sea malagueña, es verdad que musicalmente, Cádiz me ha hecho mucho daño y mucho bien al mismo tiempo. Termino escribiendo las cosas con esta manera irónica que tienen de decir cuatro verdades y que no te enfades de primeras y te vayas a tu casa dándole vueltas. El humor es la herramienta que he podido encontrar para hablar de ciertas cosas.

¿Y de qué habla en sus canciones?

-Últimamente me he movido en el mundo del single -la inmediatez de la música te lleva a eso- y cada canción ha sido como un capítulo. Desde que empezamos con En casa de herrero, donde hablaba directamente de ese cambio mío musical por querer seguir en la música y cuan mal se vive de la música durante otras etapas; a La Niña, en la que estamos hablando del bar donde sólo van chicas... O Que vengan a por mí, donde me he puesto seria y me apetecía tirar del cantautorismo más puro y, como los cantautores y cantautoras que admiro, hablar de lo que está pasando en la sociedad.

Precisamente Que vengan a por mí

-Sí, ha sido un cúmulo de sensaciones de que un tiempo de un para acá, parece que tienes que tener más miedo que libertad a salir a la calle, a hablar... Por eso cuando se tiene un altavoz hay que dar un paso al frente y decir que no, que por ahí no va la historia y que nos estás vendiendo vendiendo la moto de que tenemos que callarnos y aceptar ciertas cosas, pero también podemos hablar y más si es desde el amor y el respeto. Mientras haya eso, amor y respeto, ¿por qué no hablar?

¿Qué cree que motiva ese silencio?

-Ha sido un cumulo de cosas. Es verdad que no es sencillo tampoco dar un paso al frente en ciertas cosas y no hablo ni de mí misma, sino directamente ir por la calle, que te digan algo y que tú respondas. No sabes por dónde va a salir eso. Y en una situación concreta te puedes jugar un mal rato, pero habría que intentar reeducar a parte de la sociedad, que se vea de dónde venimos, a donde íbamos y que parece que de repente se están resquebrajando ciertos valores. Por lo menos hablarlos y que eso mismo después ojalá haga mella en la calle, que no se vea tan normal que alguien te insulte o te agreda, que en redes sociales te pongan de vuelta y media...

"Se os ha quedado bonito este país para vivir...", reflexiona en el tema Que vengan a por mí

-Esa fue la frase que más me costó incluir porque puede tener muchas lecturas. Vengo de hacer muchas canciones en las que he limado las letras con tal de que nadie se sintiera ofendido, pero al mismo tiempo se dice mucho y parece que cala en quien quiera escuchar. Y la intención de esta canción es que cale, quieran escucharlo o no (risas). Y digo eso, pero también que "si aún queda corazón, no me muevo de aquí". No quiere decir que no quiera a mi país y que no me sienta parte de él, sino que como sigamos así, se va a quedar tan bonito como estuvo hace un tiempo. Es maravilloso cómo se ha salido de cierta parte de la historia y da mucha pena ver ciertas cosas... Empecé a escribir parte de la letra después de ver unas imágenes de unos chicos en una manifestación en la que me dio miedo esa cara de odio en gente tan joven. Si no sabes ni por qué estás chillando...

Un odio que se traduce después a caso de violencia extrema como el de Samuel Luiz, a quien mataron en A Coruña el pasado mes de julio.

-Sí, está la necesidad socialmente de sentirse identificado con algo y esa necesidad te lleva a veces a elegir mal y por querer creerte parte de un grupito, no piensas en el daño que puedes hacer ni en lo que estás haciendo. Lo mismo muchos de esos niños que vi en las imágenes, dentro de años su hija les dice que es trans. Y ya está, no hay mas que hablar y les cambia la cabeza y lo mismo se les cae la cara de vergüenza de lo que hizo hacía años. Y antes de que pasen más cosas, creo que es bueno que se ponga en la palestra y con una canción poco se puede conseguir, pero por lo menos como digo en la letra, si me muerdo la lengua, no me envenene.

Ha mencionado antes cómo creció escuchando a Lola Flores y son muchos los que la presentan como la "La Lola Flores Millennial y del siglo XXI". ¿Qué opina de esta coletilla?

-Que si mi abuela lo hubiera escuchado, diría que es enojar a Dios. Porque claro que te comparen con algo tan grande... Se te queda el cuerpo cortado. Me lo tomo con mucho respeto y con mucho amor también, porque si algo de lo que hago se asemeja una miguita, bienvenido sea.

Al margen de Lola Flores, ¿quiénes más han sido sus referentes?

-Hace no mucho encontré una cinta de radio casette antigua que titulé Las Poderosas y en la que tenía grabada desde Celia Cruz, Rocío Jurado, Lola Flores, Aretha Franklin.. Siempre me he fijado mucho en mujeres poderosas y que encima del escenario dijera la gente "guau". Entonces ellas son como las referente las he tenido desde pequeña y después también muchísimos compositores que me han parecido grandes como para admirar su trabajo y aprender de ellos.

El concierto que ofrecerá este viernes en el Teatro Gayarre figura como la última fecha en su agenda. ¿Y después?

-Sí, ahora mismo estamos metidos en mil cosas a la vez y en noviembre pararemos la gira precisamente por eso, por no morir por el camino. Estoy grabando el programa de Tú cara me suena y entre que cada día tengo una cara diferente en el programa, después vas a los conciertos y tengo que hacer de mí... No sé quién soy ya (risas). Entonces en noviembre pararemos un poco la gira y según cómo vaya el próximo disco, que verá la luz el año que viene, ampliaremos algunos conciertos más o directamente serán conciertos de presentación de ese trabajo.

Hilando televisión y música, ha estado muy relacionada con Eurovisión, ya que es autora de dos temas que optaron a representar a España -Arde, con Aitana (2018) yArde Nadie se salva

-Cuando me lo preguntan, siempre me quedo encogía por el respeto que le tengo a este concurso. Además, no se sabe nunca por dónde te va a salir a ti, según la canción o no, si te puede venir bien, mal, regular... O si vas a tener tú el poderío como para saber defenderte. Son muchas cosas, entonces no me lo tomo a la ligera esa decisión, porque me lo dicen y ya iría la baño ahora mismo (risas).