Los primeros visitantes pudieron adentrarse ayer en el nuevo bosque de Oma, la obra maestra de Agustín Ibarrola. Según informan desde la Diputación de Bizkaia, ya son 600 personas las que han hecho la reserva para visitar la reproducción del conjunto original de árboles que a manos del pintor y escultor Agustín Ibarrola se convirtió en una obra de arte emblemática en Bizkaia y reconocida en todo el mundo.

Creado en 1984 por Ibarrola, el bosque de Oma tuvo que cerrar en 2019 al verse afectados los árboles por una enfermedad propia de los pinos, provocada por un hongo y que se conoce como banda marrón. Ahora, tres años después este espacio que aúna arte y naturaleza reabre en un pinar de Urdaibai de 13 hectáreas próximo al original de 3,5. Allí se han pintado los primeros 10 conjuntos de los 14 que conforman la primera fase del proyecto creativo del bosque de Oma.

Ibarrola decidió crear esta obra de arte, que se sumerge en el land art, una corriente creativa surgida a finales de 1970 que huye de los museos para trasladar el arte a la naturaleza, utilizando el mismo paisaje como un gran lienzo al alcance de todos. Así, el artista realizó un sorprendente universo de formas y colores que se materializó en 47 figuras que nos invitaban a un sugestivo juego visual, a una experiencia sensorial única en un espacio clave de la cultura vasca.

Hasta que entró la enfermedad de la Banda Marrón y su rápido y virulento desarrollo provocó numerosos daños en los pinos de Euskadi y en el ecosistema en general. El bosque de Oma tampoco se ha librado de ella.

El nuevo espacio, como explicó la diputada de Euskera, Cultura y Deporte, Lorea Bilbao, va a permitir presentar una obra que recoge la idea originaria del artista, ya que algunos de los conjuntos tomarán mayor dimensión, algo que Agustín Ibarrola no pudo realizar. Dividido en 33 conjuntos, contará con 700 árboles. Tendrá menos conjuntos –antes tenía 47–, pero tendrá, cuando se termine la obra, más árboles pintados.

Visitas reservadas

Aunque se puede ver ya, la obra no está terminada; está previsto que terminen en septiembre de 2023. Así, los asistentes, siempre en visitas guiadas previamente reservadas, podrán disfrutar de varios conjuntos de árboles ya pintados y ser testigos del proceso de creación, viendo cómo pintan las nuevas figuras. Se han organizado dos visitas diarias de lunes a domingo a las 10.30 y a las 12.30 horas.

La obra se desarrollará en dos fases: la primera comenzó en junio de 2022 y finalizará en octubre. En esta fase se van a pintar 14 conjuntos. La segunda se va a ejecutar entre mayo y septiembre de 2023, y los 19 bloques restantes se pintarán entonces. Han preparado un recorrido de más de un kilómetro para estas visitas.

Para este proyecto puesto en marcha por la Diputación Foral, se está utilizando pintura inocua y se ha buscado respetar el mismo tipo de pintura que utilizó el artista. Para disponer de la composición exacta, ha sido necesario contactar con una firma comercial que ha elaborado dicha mezcla de forma exclusiva.

El proyecto de preservación de esta obra al aire libre lo llevan a cabo estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de Bilbao, bajo el asesoramiento de José Ibarrola, hijo del pintor, y de un numeroso grupo multidisciplinar de la UPV/EHU. Algunas de estas obras implican una especial complejidad técnica, que dan prueba de la genialidad del pintor vizcaino, como es el caso de El rayo atrapado.