Desde hace años desde la Asociación de Cazadores Navarros Adecana se ha dirigido al Departamento de Medio Ambiente alertando de este grave problema en base a que la normativa existente obliga a la administraciones públicas a evitar la introducción y proliferación de especies, subespecies o razas geográficas distintas a las autóctonas, en la medida que puedan competir con éstas, alterar su pureza genética o producir desequilibrios ecológicos.

Desde esta Asociación indicamos que no solo debe actuar la Administración foral, sino que los Ayuntamientos deben de colaborar en ello, algo que salvo contadas excepciones los cazadores echamos en falta, limitándose a conceder autorizaciones para que las sociedades de cazadores con un control de un guarderío que se les obliga a pagar realicen batidas nocturnas para intentar eliminar los ejemplares fuera de control que puedan encontrar en sus recorridos nocturnos, algo que debería de llevar a efecto de oficio la Administración.

En opinión de Adecana es especialmente preocupante la hibridación que suele producirse con el gato montés, especie protegida a la que se está alterando su pureza genética, y dado que no tienen control alguno de las enfermedades que suelen padecer, el riesgo de trasmitir a la  especie salvaje una serie de graves enfermedades como la peritonitis felina, la leucemia, incluso en algunos casos la rabia, algunas de tratamiento muy complejo que diezman las poblaciones de gatos monteses al no estar bajo control.