Una frase sobrevoló la primera de las ponencias de la serie de charlas Nací para cazar, me cuidan para ello, con las que la Federación Navarra de Caza trata de poner en valor la pasión que sienten los cazadores hacia sus perros. “Hay que defender la dignidad de la caza y no esconderse por ser cazadores”. La pronunció Luis Eusebio Hidalgo, profesor veterinario, experto en medicina interna veterinaria, sanidad y gestión de especies silvestres, además de cazador y presidente de la Federación Gallega de Caza. Y con ella, reclamó que el sector debe estar unido para afrontar los retos que tiene por delante la caza.

A su juicio, los grupos anticaza tratan de inocular en la sociedad más urbana que los cazadores son unos maltratadores de animales, “unos vándalos que no respetamos nada y que maltratamos a nuestros perros”. “A quién se le puede ocurrir semejante barbaridad”, se preguntó, al tiempo que recordó una máxima que decía Ignacio Valle, expresidente de la Real Federación Española de Caza: “Un perro de caza es más que un perro, es un aliado, un compañero, un amigo que nos da un valor añadido a la experiencia diaria de la vida y que nos da horas de libertad, de juegos, de aprendizaje, de sintonía y de acercamiento”.

Siguiendo esa línea de pensamiento, Hidalgo, escritor de numerosos libros y artículos sobre la caza, indicó que estos animales que acompañan a los actores cinegéticos nacieron para cazar, se les cuida para ello y, lo más importante, “no por eso se los maltrata”. “Al igual que una vaca lechera está para producir leche, los perros de caza están para cazar. De hecho, lo que más les gusta es salir al campo y cazar. No prefieren estar encerrados en un piso, tumbados en un sofá con una mantita por encima”, alegó.

La charla de Hidalgo, celebrada el pasado 15 de abril en la sala de prensa de la Casa del Deporte, en el Navarra Arena, fue la primera de una serie de tres ponencias que versarán sobre diferentes aspectos de los perros de caza. Al cazador gallego, que habló sobre el bienestar de estos animales y los principales cuidados que deben adoptarse para su bienestar, le seguirán Manuel Borbolla, presidente de la Sociedad Cántabra de Fomento de la Caza, y Eliseo López, veterinario y experto perrero asturiano. Sus coloquios tendrán lugar en el mismo emplazamiento a las 19 horas de los días 5 y 26 de mayo, respectivamente. Las tres charlas constituyen la antesala del XXX Campeonato de España de Perros de Rastro sobre Jabalí, que se desarrollará en la finca navarra de Sabaiza el próximo 24 de junio.

El experto gallego en la alimentación y los cuidados de los perros de caza fue el encargado de inaugurar estas exposiciones, y lo hizo con una sesión práctica para que el público asistente pudiera asimilar perfectamente las principales medidas que debiera adoptar con sus animales, además de resolver sus dudas, sin abandonar en ningún momento el marco normativo actual, marcado por la aprobación de las últimas leyes sobre protección de los animales de compañía.

Precisamente, estas regulaciones centraron parte de su discurso inicial, ya que manifestó que en los medios de comunicación suele decirse que los perros de caza han quedado desprotegidos, al aprobarse su excepción en esta clase de leyes. “Los que han quedado exentos son todos los perros de trabajo: los de las granjas, los de las fuerzas de seguridad, los de rescate, los perros guía… Además de que los cazadores ya nos encargamos de que nadie los maltrate, estos animales sí están protegidos. Lo están en el Código Civil y, después, cada comunidad autónoma posee su propia ley, que también los protege”, argumentó.

Buena parte de su ponencia se dedicó a reflejar las principales recomendaciones acerca de la alimentación de los perros de caza, que debe ser suficiente para cubrir sus necesidades, tanto energéticas como estructurales. “Estas últimas -apuntó- serán mayores durante la época de crecimiento o en la gestación de la hembra. Pero lo que tiene que quedar claro es que un perro no posee las mismas necesidades en los momentos en los que está cazando que cuando está parado. Por eso, siempre es conveniente que se mantengan en un balance energético”.

Por otro lado, subrayó la vital importancia de mantener hidratados a los animales. “Durante la jornada de caza, sobre todo si es en épocas de calor, los perros lo pueden pasar mal. Y además de darles de beber durante el día, hay que tener en cuenta que, en el instante en el que vayan a quedar en reposo, no dejan de precisar hidratarse”, reveló. En este sentido, precisó que estos animales dejan de beber cuando están muy sedientos, por lo que hay que asegurarse de que beban. No obstante, Hidalgo destacó que “afortunadamente, cada vez hay más gente que se preocupa mucho por la buena alimentación y el bienestar de sus perros”.

En cuanto a su vacunación, a pesar de confirmar que es fundamental vacunarlos bien, siguiendo el programa que se establezca con el veterinario, en función de las zonas en las que se cace y de las enfermedades que pueda contraer, se refirió a la polémica existente en Navarra, donde la ley marca que la primovacunación de rabia sea dos veces el primer año, para pasar después a ser anual. “Si en los prospectos de esas vacunas se señala que la inmunidad dura tres años, ese es el plazo que habría de seguirse, porque ningún laboratorio va a ir más allá de lo razonable. Además, ni la Agencia Europea de Medicamentos ni la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios admitirían jamás un prospecto en el que la eficacia fuera menor de lo que se indicara”, sostuvo.

Por último, abordó el tema de los primeros auxilios y las medidas que pueden tomar los cazadores cuando sus perros resulten heridos durante la actividad cinegética. “No se trata de sustituir al veterinario, sino de evitar males mayores, sufrimientos o lesiones más graves. Debemos ayudar a conservar la vida de nuestros animales realizando técnicas que nos permitan llegar al veterinario en las mejores condiciones posibles”, resaltó. Y enunció, asimismo, algunas de las principales precauciones que hay que seguir cuando se detecten problemas: “No hay que forzar movimientos en los animales que se hayan quedado postrados y no se levanten, ni tampoco tratar de recolocar fracturas, porque podemos causar mayores daños; se debe evaluar la gravedad de las heridas, ver si son superficiales o profundas, o si hay órganos afectados, y pedir ayuda especializada cuando veamos que estas lesiones supongan un riesgo para la vida de nuestros perros”.