CONCIERTO DE BOCANADA & MAREA

Fecha: 01/07/2023. Lugar: Navarra Arena. Incidencias: Lleno, entradas agotadas. Bocanada son Martín Romero (voz), Juanito Lorente (guitarra), Abel (guitarra), Rupi (bajo) y Pepo (batería). Cincuenta minutos de concierto. Marea son Kutxi Romero (voz), Kolibrí Díaz (guitarra), César Ramallo (guitarra), Edu Beaumont Piñas (bajo), Alen Ayerdi (batería). Dos horas y media de actuación.

Kutxi suele bromear y quitar hierro al asunto, y quizás por eso se hable tan poco de todo el trabajo que, inexcusablemente, tiene que haber detrás de un grupo como Marea. No me refiero a toda la gente que faena a su alrededor (oficina, técnicos, conductores, personal de seguridad…), que también. Hablo de las horas que necesita meter el quinteto para sonar como suena, porque a eso no se llega por casualidad.

Empezando por Alen, al fondo del escenario, golpeando con ferocidad y precisión los tambores de su batería; pasando por El Piñas, que recorre sin descanso las tablas mientras toca con rabia su bajo; pasando también por César y Kolibrí, que con sus guitarras construyen un muro sólido e inexpugnable; y llegando, por supuesto, a Kutxi, el autodefinido perro verde que es, desde luego, un front man singular al que resulta imposible encontrarle parangón en el panorama musical nacional, ni por su maestría al escribir ni por su forma de comportarse.

Juntos forman una maquinaria perfectamente sincronizada e imbatible. Eso es Marea. Al fin y al cabo, llevar veinte años siendo la banda de rock más potente de este país (las cifras no dejan lugar a dudas), no podía ser cuestión de suerte.

UN PABELLÓN A REBOSAR

El sábado lo volvieron a demostrar en un Navarra Arena a rebosar, con doce mil personas que cantaron todas y cada una de las canciones que allí sonaron. Las puertas del pabellón se abrieron a las 20.00 y ya entonces había gente apostada a la entrada para conseguir las primeras filas.

Durante horas, una hilera constante de personas fue llegando hasta el recinto en peregrinación, o mejor dicho, en romería para cantar junto a los dos “romeros”; el primero, Martín, al frente de Bocanada, que fue la banda encargada de abrir la velada, como va a suceder en toda la gira. Esto nos viene bien a los que ya conocemos al grupo, que podemos volver a disfrutar de su arrebatadora puesta en escena, pero, sobre todo, a los que nunca lo hayan visto en acción, que, a buen seguro, quedarán sorprendidos por la fuerza de desprende el quinteto.

Cuando comenzaron a tocar, el pabellón estaba a medio aforo, pero cuando terminaron, con la banda descargando toda su furia y Martín tirándose sobre el público en Campo a través, aquello estaba a reventar. Ojalá el escaparate les ayude a seguir creciendo y alcancen el lugar que merecen.

NUEVO DISCO Y VIEJAS GLORIAS

Respecto a Marea, qué se puede decir a estas alturas. Resumiéndolo mucho, ofrecen lo que se puede esperar de una banda en su posición: todo. Un escenario enorme con impresionantes equipos de luces y sonido, pero, y esto es importante, sin parafernalia que eclipse lo verdaderamente importante, que son ellos y sus canciones.

Casi todas las que tocaron fueron recientes y el público las acogió muy bien, por más que Kutxi bromease con que solo querían escuchar las viejas. Buena prueba de ello fueron, por ejemplo, Otra cicatriz o Más me duele a mí, con las que abrieron y pertenecientes a su último disco, Los potros del tiempo, el cual interpretaron prácticamente entero. Por supuesto, no olvidaron los clásicos, como Manuela canta saetas, Que se joda el viento o La luna me sabe a poco. Hubo cuatro colaboraciones: la de Aaron Romero en Corazón de mimbre, la de Martín Romero en Como los trileros, la del madrileño Luter en Jindama y la de Ibai Ganuza, de Motxila 21, en la postrera Marea.

El momento más emotivo llegó con El trompo, versión de Barricada (la letra la escribió Kutxi), en la que Kolibrí portó la guitarra de Boni, el pájaro de fuego al que quisieron dedicar la canción. En las pantallas, las imágenes de los dos guitarristas se iban superponiendo una sobre otra. Siempre rindiendo tributo a sus maestros… eso es lo que son ellos también.