La cantante pamplonesa Amaia actuó en la ciudad japonesa de Yamaguchi (al sudoeste de Japón) ante medio millar de personas y en el que supone su primer concierto en el país asiático, con motivo de la festividad de San Francisco Javier.

"Ha ido muy bien y estoy incluso abrumada con el recibimiento, había muchísima gente", explicó la cantante en una entrevista con EFE poco después de su debut ante en el auditorio de la Universidad Prefectural, donde la sorprendieron con un coro que interpretó su música.

Amaia dio estas declaraciones después de cantar en japonés la jota aragonesa titulada Yamaguchi -que también cuenta con una versión en español- y en celebración del hermanamiento entre la ciudad del mismo nombre y Pamplona en 1980.

"Esta canción tiene un sentido importante para mí", dijo la cantante y pianista de 24 años y añadió que no descarta volver a componer en japonés si encuentra una oportunidad parecida.

Yamaguchi fue publicada en enero de 2022 como adelanto del disco Cuando no sé quién soy, y en ella Amaia se refiere al parque de su ciudad natal con ese mismo nombre, un jardín de estilo japonés y concebido para conmemorar el quince aniversario del hermanamiento entre la localidad española y la japonesa de 1980.

"Hay un parque en mi Pamplona que yo quiero recordar/ En el parque Yamaguchi yo me debí quedar/ Me pregunto si en Japón una niña llorará como yo he llorado amores en las fiestas de San Juan", canta Amaia en su tema, que acumula cerca de un millón de visionados en Youtube para la versión en español y 45.000 para la japonesa.

El Ayuntamiento de Yamaguchi, al sudoeste de Japón, devolvió el gesto a la artista española ubicando una placa en una plaza llamada Espacio Pamplona e inspirada en la ciudad navarra, donde también se fotografió la artista este fin de semana.

La placa incluye un mensaje escrito a mano por Amaia para los ciudadanos de Yamaguchi y un código QR que enlaza a un vídeo donde se puede oír parte de la canción y un saludo en japonés de la artista.

El hermanamiento entre Pamplona y Yamaguchi viene de la historia del cristianismo en Japón, país donde evangelizó esta religión el misionero y patrón de Navarra San Francisco Javier en el siglo XVI.

Yamaguchi fue la primera ciudad japonesa donde el jesuita español pudo establecerse y ejercer su labor evangelizadora con el permiso del señor feudal local, después de llegar en 1549 a Japón por Kagoshima, en el extremo suroccidental del archipiélago, e intentar sin éxito dirigirse a Kioto, la antigua capital imperial nipona.

La localidad japonesa cuenta con una iglesia que lleva el nombre de San Francisco Javier, entre otros lugares dedicados al misionero y a la ciudad de Navarra, como un reloj que cada hora en punto recrea una escena de los San Fermines.