La Escuela navarra Este domingo 17 de noviembre, a las 19.00, actuará Atalaya, una de las compañías españolas más prestigiosas y referente del teatro de investigación. Lo hará con Esperando a Godot, de Samuel Beckett. La combinación de humor, poesía, ternura y tensión hacen que esta obra sea aceptada como una de las obras de teatro más significativas del siglo XX.

 Personajes desamparados, errantes, desacoplados que recuerdan que el ser humano, aun en situaciones muy difíciles, es capaz de levantarse. Un clásico universal que forma parte de la memoria colectiva.

Atalaya aborda por vez primera una obra de Beckett, aunque la compañía es un referen­te dentro de los proce­sos de formación e investigación de actores y directores, incluyendo una puesta en escena de Nana en 1999.

Sobre las tablas, cuatro de los más veteranos acto­res y pedagogos del grupo que a lo largo de un cuarto de siglo han tomado parte en la mayor parte de los montajes creados por Atalaya. Ellos "son los intérpretes idóneos" para esta obra don­de el texto "alcanza cuotas tan sublimes entre lo absurdo y la tragicomedia", explican desde la compañía.

El texto sigue "con fidelidad al autor" (ya que, por otro lado, "Beckett no permite versión ni adapta­ción alguna") pero con "un ritmo vivo que lo aleja de las visiones demasiado densas y oscuras que tanto se prodigan sobre la obra beckettiana. Se ha puesto el acento en su carácter de tra­gicomedia, "un estilo en el que Atalaya se ma­neja muy bien", como muestran las versiones de Celestina y Divinas palabras, las dos obras más representadas por Atalaya en su trayectoria.

En esta ocasión, sin embargo, no aparece el "tono telúrico" de dichos montajes, sino que predomi­na "un clima que bien pudiera asemejarse a las pinturas de Magritte o los dibujos de El Roto, sin olvidar la influencia del teatro de la muerte y de los objetos de Tadeusz Kantor", concluyen desde Atalaya.