El grupo se forma en 2015. ¿Cómo fueron esos orígenes?

–(Luis) Nos conocemos de toda la vida, desde el colegio, pero realmente fue cuando empezamos la universidad, allá por 2015, cuando decidimos montar una banda. Fue sin ningún tipo de pretensión, simplemente yo tenía un puñado de canciones y un día decidimos montarlas. Al principio sonaba a rayos y, con mucho trabajo y mucho ensayo, poco a poco fueron sonando mejor. Y así hasta ahora, sin parar de sacar música y sin parar de trabajar, con mucha pasión y muchas horas.

–(Julen) Fíjate si nos conocemos de hace tiempo. En 2012, yo tenía un grupo y una vez tocamos en la Casa de la Juventud. Allí coincidimos con ese grupo del colegio del que habla Luis.

–(Edu) Nos gustaba mucho Green Day, de ahí viene la influencias más rock. Luis traía nuevas músicas que podían ir un poco más al folk o al rock folk, tipo Mumford And Sons, La M.O.D.A. o Berri Txarrak. Con el paso de los años hemos ido descubriendo cosas nuevas y cogiendo un poquito de cada sitio para ir formando el sonido que tenemos ahora.

Un año después de formar el grupo ya publicaron su primer epé…

–(L) La primera canción que hicimos con Black Friday fue Cuando salga el sol, y la hice en el colegio, era parte de un trabajo de Lengua que nos mandaron hacer en segundo de Bachiller. Un día estábamos Edu y yo tocando con amigos del colegio, mucho antes de montar Black Friday, y nos pareció que era una canción que ya tenía cositas. Cuando le dimos forma al grupo, la metimos dentro de nuestro repertorio. Olas explotadas o Navegantes las hicimos ya en la banda, hablan de vivencias, de los primeros años de universidad, de cuando empiezas a salir por ahí, a coger el coche para ir a Donosti y ver conciertos por primera vez…

¿Y qué nota le pusieron en aquel trabajo?

–(L) Pues como suele pasar con las notas, la verdad es que no me acuerdo (Risas).

En 2018 hubo un punto de inflexión, que fue la colaboración con Natalia Lacunza en la canción La luna, que estuvo en el top viral de Spotify durante cinco semanas. ¿Qué supone eso?

–(E) Salió de una forma muy natural. Ella estaba con ganas de hacer cosas, veía que podía entrar en Operación Triunfo y quería tener material y cosas sacadas. La conocíamos de hacía tiempo, le enseñamos la canción de La luna y quiso grabarla. Fue una producción muy simple, la grabamos en nuestra sala de ensayo de toda la vida en Zariquiegi. Un día me escribió Natalia y me dijo que iba a entrar en OT y que si la queríamos sacar, tenía que ser ya.

–(L) Edu se mudó a Madrid y yo, a Estocolmo. Era agosto del 18. Estando en Estocolmo, Natalia nos contó eso y la subimos sin ningún tipo de organización; normalmente los temas se lanzan siempre en jueves o viernes para que entren en listas, pero nosotros no controlamos nada de eso y la subimos, sin más, un martes a las 10 y media de la mañana. A las dos semanas, estaba estudiando en la biblioteca, allá en la Universidad de Estocolmo, y una amiga que era de Madrid me dijo que le acababan de pasar nuestra canción por su grupo de amigos de toda la vida, y que estaba Top 10 España. Yo no me lo creí, pero otra amiga me dijo que se la habían pasado en su grupo de amigas de Logroño. Llamé corriendo a Edu para contárselo. Empezó a subir como la espuma: Top 10, Top 7, Top 5… Fue una pasada.

Después han seguido lanzando canciones. ¿Son lanzamientos sueltos? ¿O formarán parte de un futuro disco?

–(J) Lo que más nos gusta es ir sacando canciones e ir haciendo conciertos, que es donde mejor nos lo pasamos. Vamos componiendo y cuando tenemos un puñado de canciones con el que estamos contentos, vemos la forma de grabarlas, de ir al estudio e ir sacando algo. Cuando se sacan discos, muchas veces se pierden las canciones que para ti tiene mucha importancia, pasan más desapercibidas.

Ahora que mencionan los conciertos, háblenme de ellos, porque tienen mucho tirón. Han tocado bastante fuera de Navarra y hace unos meses hicieron una muy buena entrada en Canalla, algo que no es nada frecuente en grupos jóvenes.

–(L) Black Friday ha sido y sigue siendo a día de hoy una banda independiente, pero independiente de verdad. A pesar de que hay temas con editoriales como Universal o A3 Música, nunca hemos tenido una oficina de booking y management. Todo lo que hemos estado haciendo en estos años ha sido puro boca a boca y de forma muy orgánica: si te gusta el tema y te gustan las canciones, vienes al concierto. No tiene más. Así se van construyendo de forma robusta las carreras musicales a largo plazo. Ahora parece que el éxito tiene que ser inmediato. Venimos desde abajo, poco a poco hemos ido construyendo nuestros conciertos. Al principio empezábamos a tocar en Subsuelo o en Txintxarri y metíamos cincuenta o cien personas. Un año reventamos Subsuelo y fuimos a Madrid a tocar en salas de cincuenta personas. Luego en salas más grandes, tipo Galileo, Siroco, Moby Dick… Muy poco a poco.

–(E) El de Canalla de las Navidades pasadas fue de los conciertos que más hemos disfrutado, sin duda. La clave de nuestro directo es que para nosotros es un planazo e intentamos que sea también un planazo para el público que viene. Creo que eso se nota y es lo que nos ha hecho crecer, ir a salas más grandes y tener conciertos cada vez más guapos, porque también es un planazo para la gente que viene a verlo. O cuando nos juntamos con Marvin y Sueños Rotos, que son dos bandazas de Pamplona, para hacer Zentral, que las entradas se agotaron en 48 horas.

–(J) La filosofía que tenemos es que si quieres que te escuchen en Toledo, tienes que ir a Toledo. No se nos caen los anillos si nos llaman para tocar donde sea. Es lo que más nos gusta.

–(L) Hace un par de años tocábamos en el frontón de Orcoyen, que eran fiestas, y a la mañana siguiente teníamos prueba de sonido en Burela, Lugo, a las 10 de la mañana. Terminamos de tocar en Orcoyen a las 12 de la noche y nos fuimos a casa de un colega que vive allí, nos tomamos unos huevos fritos con patatas, nos metimos en la furgo y al día siguiente, como un clavo, a las 10 de la mañana estábamos probando sonido en Burela para tocar en un festi. Lo que más nos gusta es la pureza de la música en directo, que es carretera y manta y pasar tiempo con tus amigos con los cuales te peleas, te ríes, te enfadas, lloras, le dejas hablar a uno durante diez minutos pero luego lo arreglas con una birra.

En la última canción que han lanzado dicen que no quieren cambiar el mundo, que les basta con cambiarse a sí mismos. ¿Qué expectativas tienen con el grupo? Si volvemos a hablar dentro de cinco años, ¿en qué punto les gustaría estar?

–(L) La clave de este grupo es que disfrutamos tanto de lo que hacemos que eso ya es todo para nosotros. Si dentro de cinco años volvemos a hablar y hemos reventado cinco Zentrales seguidos, sería una maravilla, pero si no lo hemos hecho y seguimos hablando es porque seguimos haciendo cosas y seguimos teniendo cosas que contar. Esa es la clave, que estaremos juntos y que seguiremos haciendo canciones. La vida da muchas vueltas: después de grabar La luna con Natalia, nos dijo que iba a entrar en Operación Triunfo y al mes éramos Top 5 Viral España, pero tampoco te ha cambiado la vida. Todo ese glamour es efímero, es una consecuencia de cosas y se puede dar, pero eso no te hace mejor o peor artista. Somos una banda de colegas que escribimos canciones, llevamos muchos años haciéndolo y si le metes mucha pasión, mucho trabajo a algo que haces, las cosas te acaban saliendo mejor.

–(E) Ojalá que dentro de cinco años podamos contar muchas cosas buenas que han pasado en este tiempo. Pero con tal de que tengamos canciones, ganas y tiempo para grabarlas, y ganas y tiempo para subirnos a un escenario… con eso será suficiente.

–(J) Por de pronto, ahora tenemos el concierto del Caballo Blanco. Después de verano sacaremos más canciones y y a se verá; quizás en Navidades volvamos a montar otro planazo. l