madrid - Cerrar la maleta. Ése es, según Miki Núñez, el único “eurodrama” que vive en las horas previas a su inminente viaje a Tel Aviv como representante español en Eurovisión 2019, sin prestar atención a aspectos como las peticiones que ayer le reiteraron activistas para sumarse al boicot a Israel. “Lo bueno de Eurovisión es que es un concurso de música, da igual lo demás”, insistió el cantante en rueda de prensa, tras no asistir, como estaba previsto, a una charanga previa por el centro de Madrid a la que sí se sumó una decena de personas contrarias a la celebración del festival en ese país por su política sobre los territorios ocupados palestinos. Núñez se quedó “atendiendo a los numerosos medios” que solicitaron hablar con él, algo que suscribió la delegación española de RTVE: “Estamos trabajando como cualquier otro año. La obligación es preservar el carácter no político del evento y en ello estamos toda la comunidad eurovisiva, evitar todo mensaje que no sea estrictamente musical”. La Corporación pública aseguró a Efe que “nunca” se produjo el debate interno sobre si España debía participar en esta edición. “Estaba claro, es una fiesta musical y eso une a los pueblos, que es el espíritu de Eurovisión”, ratificaron.

Fuera de las cuestiones políticas y polémicas, Núñez se declaró “la mitad de lo nervioso” que estará hoy, cuando emprenda camino hacia Expo Tel Aviv, donde mañana realizará su primer ensayo, desvelando por fin su puesta en escena. “Nadie se espera cómo va a ser”, insistió el artista, que solo anticipó que será “grande, con color y non-stop”, así como que “todo lo que sucederá en el escenario” es muy él mismo, gracias al director Fokas Evangelinos, que estudió su estancia en la Academia de Operación Triunfo para conseguir “movimientos orgánicos”.

Como parte del cuerpo de baile estará Mikel Hennet, quien participara en Eurovisión 2007 como miembro de la boy band D’Nash. “Me hubiese encantado que nosotros lleváramos lo que llevamos este año con Miki; es una puesta en escena novedosa y diferente a lo de siempre y él ha sido un compañero excelente”, destacó el bailarín y cantante. De su tema, La venda, que recientemente empezó a escalar posiciones en los pronósticos y tantear el top 10, empieza a decirse que podría ser uno de los tapados de esta edición, un concursante con el que no se cuenta y que rompe las apuestas. “Espero serlo. Me parecería fantástico que la gente flipara con la puesta en escena, pero lo importante no son las apuestas, sino que la gente nos vote. Si soy el dark horse (el tapado), adelante”, proclamó.

‘tapado’ En este sentido, se refirió a su único interés real respecto al resultado. “Lo único que me sentaría mal es volver sin que estos 4 meses de trabajo no se vieran representrados en los 4 minutos de actuación. Solo quiero volver con la cabeza bien alta”, aseguró. Tras dedicar la noche anterior a revisar todos sus videoclips, señaló entre sus propuestas favoritas la del sueco John Lundviq (Too late for love) y la del italiano Mahmoud (Soldi).

Y de los consejos recibidos, algunos de exparticipantes como Manel Navarro, Alfred o Massiel, se queda con el de su madre: “Que tenga 10 minutos al día para reflexionar sobre qué es lo que quiero conseguir, por qué estoy aquí y que no se me suba nada”. Ahora solo le queda decidir qué mete en la maleta, además de su gorra “y desodorante”. ¿Amuletos? “Nada, mi abuela ya le pone velas a todo el mundo”, ha bromeado, antes de mostrarse encantado de poder compartir escenario con Madonna en la gran final.

Será el 18 de mayo cuando se celebre el acto central de Eurovisión 2019, a cuya cobertura se suma este año RNE y que será emitido por La 1 a partir de las 21.00 con comentarios de Toni Aguilar, Julia Varela y Víctor Escudero, como en las semifinales de los días 14 y 16 de mayo. Granada será la imagen de las votaciones españolas, con Nieves Álvarez como portavoz del jurado.