La Sakanako Ibilaldi Handia volvió a demostrar ayer que es grande. No sólo por su dureza, 55,4 kilómetros y un desnivel acumulado de 3.000 metros; también por su participación. Ayer fueron 1.012 montañeros. "En el periodo de inscripción se apuntaron 885 montañeros. Hoy mismo se han inscrito en Irurtzun 204 más y otras 11 en Uharte Arakil pero han fallado unas 90 personas" explicó Pello Alzueta, de Iratxo Elkartea, la sociedad de Irurtzun organizadora de esta prueba.

Y es que esta marcha de montaña, decana en Navarra con 21 ediciones, es un referente en el mundo mendigoizale. Además, la meteorología se unió a esta cita, con una soleada jornada después de dos días grises. Al igual que en otras ocasiones, había dos opciones. La primera unió las ermitas de San Donato, San Miguel de Aralar y Trinidad de Erga, de ahí que también sea conocida cómo la Marcha de las Tres Ermitas. La segunda, de 46 kilómetros y un desnivel de 2.230, era la misma hasta Kaxerna, pero iniciando en Larrazpil un gran descenso hacia Irurtzun. La mayoría de los montañeros eligieron la primera. Ambas están incluidas en el circuito de grandes recorridos de Euskal Herria.

DUREZA Y BELLEZA Estas fueron las palabras más utilizadas por los montañeros para describir esta marcha no competitiva, un desafío contra uno mismo sin prisas pero sin pausa, al ritmo que pedía el cuerpo. Para algunos fue una larga carrera, con una treintena de participantes que realizaron la marcha corriendo. El primero llegó a Irurtzun a las 13 horas. No obstante, el grueso de los participantes necesitaron una media de 10-11 horas para completar la opción larga. Los principales escollos según la mayoría de los montañeros fueron la subida a Txurregi y la gran V que forman la bajada de San Donato y la subida a San Miguel. Otros apuntaban que no era desdeñable la subida a Trinidad de Erga al final de la marcha.

Pero el esfuerzo tenía su recompensa. "Es muy dura y hay que tomársela con calma. Los que iban corriendo se han perdido el amanecer en Txurregi, con niebla que parecía el mar" señalaron Tao Urriza y los hermanos Jorge y Carlos Sanz, de Berriozar, en el avituallamiento de Uharte Arakil. Un grupo de Villava: Iñaki Larrañeta, Txema Sáez, Miguel Aranguren y Pello Ballesta eran de la misma opinión. "Es una marcha muy bonita y exigente. Hoy toca sudar" señalaron estos habituales. Otros se estrenaron ayer, como era el caso de Saioa Arce e Ibon Paularena, de Dorrao.

Además de parajes de gran belleza y vistas espectaculares, la Ibilaldi Handia ofrece la oportunidad de conocer el centro geográfico de Euskal Herria. Su nombre es Olibesarioko saroia y está en la sierra de Andia, cerca de la ermita de San Donato, a 1.236 metros de altitud. Lo calculó el ingeniero guipuzcoano Félix Isasa, valiéndose del concepto de baricentro, que viene a pasar por el centro de gravedad de una superficie plana que tenga una masa de densidad uniforme, un mapa por ejemplo.

Entre tanto esfuerzo también hubo momentos de recuperar fuerzas en los seis puntos de avituallamiento habilitados: al inicio de la sierra de Andia, Uharte Arakil, San Miguel de Aralar, Madotz, Kaxerna e Irurtzun. De que no faltara nada se encargaron alrededor de medio centenar de personas. "El trabajo realizado compensa con el ambiete que hay" señaló Alzueta. Además, al final, hubo masajes a cargo de la Escuela de Masaje Surya. En la plaza de Irurtzun también se repartieron los diplomas y obsequios para todos los finalistas. Asimismo, se sorteó material de monte.

El éxito de esta fiesta mendigoizale no se vio empañado por incidentes reseñalables. " Ha habido dos traslados por lipotimias pero la mayoría de las atenciones han sido por rozaduras y sobrecargas musculares" señalaron desde Cruz Roja, que movilizó a diez personas con un ambulancia y un todo terrreno.

El marco incomparable de la marcha de Sakana fue también el de la entrega del premio Shebe Peña de 2009 que la Federación de Montaña de Euskal Herria entrega a la persona más significada a lo largo de todo el circuito de las grandes marchas. Fue para la vizcaína Aintzane Fernández Elejalde, para quién la Ibilaldi Handia es una de sus preferidas.

Esta marcha surgió a finales de los años ochenta de un grupo de socios que plantearon realizar una larga salida desde Irurtzun hasta San Donato, bajando a Uharte Arakil y después subir a San Miguel. En 2002 dió un paso más, uniendo la ermita de Trinidad de Erga. Participaron 200 montañeros y la mayoría optaron por esta opción, que unía las tres ermitas. Desde entonces no ha parado. El año siguiente fueron 266 y en 2004, 360. En 2006 reunió a 596 montañeros y en 2007 a 520. El año siguiente se llegó a 1.050, el récord existente. El pasado 2009, con una jornada lluviosa, fueron 503.