Se ha escrito y dicho mucho desde que casi una veintena de alpinistas hicieran cumbre el pasado martes en el Annapurna. Y mucho más desde que se supo que uno de aquellos montañeros había quedado atrapado a 7.600 metros de altura. En medio de toda esa vorágine informativa también se han publicado y narrado informaciones inexactas, contradictorias o incompletas. Algo normal si se tiene en cuenta que las fuentes eran varias (campo 4, campo base...), el foco de información se encontraba a miles de kilómetros y que la inmediatez a menudo juega en contra de la precisión informativa. Con el paso de las horas se van esclareciendo algunos de estos aspectos. El relato de la doctora María Antonia Nerín, presente en el campo base del Annapurna, a la revista Barrabes, ha arrojado más luz sobre lo ocurrido en estos fatídicos días. Para empezar se ha desechado la recurrente información en torno al edema cerebral: Tolo Calafat murió por agotamiento y deshidratación (lo que le provocó una hipokalemia).
el comienzo
Una cumbre tardía
Martes, 15.45 horas (hora del Himalaya): El grupo formado por Carlos Pauner, Tolo Calafat, Juanito Oiarzabal, Dawa Sherpa y Sonam Sherpa hace cumbre en el Annapurna. Son los últimos en coronar la montaña esa jornada. El primero, Jorge Egocheaga, lo había hecho casi seis horas antes. Según explicó la doctora María Antonia Nerín desde el campo base, se entretuvieron colocando una cuerda en el corredor para luego bajar más rápido. Por otro lado, Juanito Oiarzabal ha afirmado -quizá con poca fortuna- que Calafat llegó muy justo a la cima y se tenía que haber dado la vuelta.
16.00-19.00 horas: El grupo emprende el regreso hacia el campo 4. Según ha explicado la doctora Nerín, se encontraron con que los coreanos habían quitado la cuerda del corredor. Esto les retrasa, aunque finalmente logran llegar a la diagonal. Baja cada uno a su ritmo, aunque mantienen contacto visual. Oiarzabal va el primero, le sigue Pauner junto a Dawa Sherpa. Tolo Calafat y Sonam Sherpa cierran el grupo. El alpinista mallorquín y Sonam se van quedando poco a poco atrás. Cae la noche y el grupo para a esperar a Calafat, quien además llevaba los frontales (los focos). Esperan durante dos horas y media y, finalmente, deciden continuar hacia adelante.
calafat pide ayuda
El mallorquín no puede seguir
19.00 horas: Calafat llama por radio al campo base y pide ayuda. Le animan a seguir hasta el campo 4 y le comentan que todo el mundo "va muerto" y no puede subir nadie a ayudarle. Él insiste en que no puede continuar. Le instan a que coma algo y a que se hidrate. Calafat afirma que no tiene comida ni bebida. Al contrario de lo que se ha dicho, según Nerín, desde el campo base no manejan la hipotesis de un edema cerebral. Más abajo, Pauner, Oiarzabal y Sonam Sherpa continúan descendiendo a oscuras.
00.00-05.00 horas (miércoles): Calafat vuelve a hablar con el campo base e insiste en que no puede continuar descendiendo. En el campo base piensan que está mucho más abajo, a unos 7.200 metros (en realidad estaba a 7.600 metros). A las 5.00 horas manda descender a Sonam Sherpa, que se encuentra vivaqueando (pasando la noche al raso) junto a él.
A esa misma hora Oiarzabal y Pauner empiezan a movilizarse. Según ha explicado Nerín, llaman a los coreanos y les piden que dejen subir a sus sherpas que están "de refresco" en el campo 3 (los que no han hecho cima). Les subrayan que son "sólo 600 metros de desnivel" e insisten en que no hace falta que suban a bajarle; sería suficiente con que le subiesen oxígeno, agua y algo de comida. Les ofrecen 6.000 euros.
continúa la negociación
El helicóptero y los coreanos
05.00-12.00 horas (aproximadamente): En el campo base también tratan de negociar con los coreanos, se insiste siempre en que ascienda algún sherpa que no hubiese hecho cima. Además, empieza a tomar cuerpo una segunda opción. Aprovechando que pilotos de la compañía suiza Air Zermatt se encuentran en el Himalaya instruyendo a los nepalíes para crear un grupo de rescate, se empieza a estudiar la opción de un rescate por aire. Unos días antes, en el Manaslu, un Eurocopter AS 350B3 como el que acabó participando en el rescate ya había rescatado a siete coreanos. Este modelo realizó una prueba a 8.850 metros, posándose sobre el Everest.
En el campo base siguen en contacto con Tolo, quien pide la ayuda de Jorge Egocheaga. El asturiano se encontraba en el campo base después de que el día anterior ayudase a un sherpa coreano con un edema cerebral. De lo contrario habría pasado la noche del martes al miércoles en el campo 3 (algo que habría ayudado mucho). La doctora María Antonia Nerín insiste en que Calafat razona perfectamente.
se complica el rescate
El helicóptero no puede subir
Tarde del miércoles: Carlos Pauner y Juanito Oiarzabal continúan en el campo 4, junto a ellos se encuentra el rumano Horia Colibasanu. Se analiza la posibilidad de un rescate desde el campo 4. Oiarzabal apenas puede andar por las congelaciones, Pauner continúa con una visión muy limitada y Colibasanu se encuentra sumamente cansado. Aun así, el rumano dice que si suben oxígeno él intentará subir. Según ha afirmado la doctora Nerín, Pauner también se ofrece a subir con oxígeno.
Es entonces cuando llega Sonam Sherpa tras pasar la noche con Calafat. A lo largo del día, Dawa se ofrece para salir a buscarlo. Aunque entonces se pensaba que estaba más cerca -Tolo aún no se había situado con el satelital-, Pauner no lo ve claro, le parece demasiado peligroso. Finalmente, encuentran media botella de oxígeno que la expedición rusa había dejado y Dawa parte cargado con una pequeña tienda, un saco, comida, agua y la botella.
En el campo base continúan tratando de animar a Calafat para que intente descender. Además, le piden que fije sus coordenadas con el satelital. Lo hace perfectamente, algo que no hace más que confirmar que no hay principio de edema. Lamentablemente, el plan del helicóptero tiene que esperar. El tiempo acompaña arriba, en el Annapurna, pero el valle está "taponado por las nubes". El helicóptero no puede llegar. Asimismo, esa misma tarde Calafat logra hablar con su mujer. Le notan tranquilo y dicen que habla con coherencia, aunque afirman que lo hace en tono muy bajo.
la situación empeora en el campo 4
Dawa no encuentra a Calafat
Noche del miércoles al jueves: Tras tres días sin apenas comer y beber agua, la situación empieza a empeorar para quienes se encuentran en el campo 4. Colibasanu, quien mejor se encontraba, se pone malo y empieza a vomitar. Carlos sigue con muchísimos problemas de visión y Juanito con congelaciones. Metros más arriba Dawa, con una pequeña tienda, agua, comida y oxígeno, trata de localizar a Calafat. Pronto se da cuenta de que está mucho más arriba de lo que pensaban. En total está 11 horas (siete de subida y cuatro de bajada) a la intemperie y en medio de la ventisca.
el peor final
Calafat muere de agotamiento
05.00-10.00 horas del jueves: Llega el helicóptero al campo base conducido por un piloto nepalí, acompañado por otro piloto suizo y un rescatador suizo. Recoge a Jorge Egocheaga. Sobrevuelan el campo 4 tan cerca que Egocheaga puede reconocer a Oiarzabal. Pero el helicóptero se encuentra muy inestable. El piloto suizo se enfada y toma el mando. El helicóptero gana en estabilidad y llega hasta la cima. Recorren tres veces el camino entre el campo 4 y la cima, pero no ven nada. Finalmente, buscan con el gps el punto exacto en el que se encuentra, pero no hay ni rastro. Parece que la ventisca le ha sepultado. No en vano, ya desde la madrugada se había empezado a pensar en que era muy poco probable que Calafat, quien no da señales de vida, hubiera sobrevivido otra noche al raso. Se le da por muerto a las 7.00 horas.
Por otro lado, el piloto suizo concluye que el rescate de quienes se encuentran en el campo 4 es imposible. Desciende al campo base y, finalmente, persuadido por miembros de la expedición, decide liberar de peso el helicóptero (quitaron puertas y asientos) y se lanza a acometer el rescate. En el campo 4 esperan Oiarzabal, Pauner, Colibasanu y Sonam; falta Dawa Shepa. Aparece justo entonces. Finalmente, el helicóptero consigue bajar a Pauner, por un lado, y Oiarzabal y Colibasanu, por otro. Se trata del rescate en helicóptero a mayor altura en toda la historia. Los dos sherpas rechazan descender colgados, por miedo y por recoger el material. Ayer a medianoche llegaron al campo base.