fiel a su particular filosofía alpinística, el Basque Team vuelve este verano a la carga. En esta ocasión Mikel Zabalza, Alberto Iñurrategi y Juan Vallejo cambian el Himalaya por el Karakorum, aunque mantienen sus máximas: vías de enorme exigencia en montañas de más de ocho mil metros y estilo alpino. Su primer reto como Basque Team les llevó al Pilar Oeste del Makalu, una de las rutas emblemáticas del himalayismo. El viento se cruzó en su camino y apenas hubo opción.

Su segundo objetivo fue otra de las rutas más codiciadas del Himalaya: el Corredor Hornbein del Everest. Tampoco hubo suerte en aquella ocasión y el Basque Team se tuvo que quedar con las ganas. Para su tercera expedición la potentísima cordada Iñurrategi-Vallejo-Zabalza ha echado el ojo al Broad Peak. Su objetivo es abrir una nueva vía entre las tres cumbres de esta montaña -se trataría de una ruta alternativa a la que Kukuczka y Kurtyka abrieran en 1984-. Ayer a las 7.00 horas los tres alpinistas tomaron el avión rumbo a Pakistán. Horas antes del madrugón, con la maleta aún abierta, Mikel Zabalza explicó los pormenores de este proyecto.

¿Cómo suelen ser los últimos días antes de partir rumbo a una expedición?

Suelen ser días de mucha liada, pero este año están siendo excepcionalmente tranquilos para lo que normalmente he vivido. Los trámites burocráticos a Pakistán suelen ser cada vez más sencillos y ya teníamos enviado el cargo con lo que para estos días ha quedado la maleta personal y las despedidas.

De hecho, ha tenido tiempo para escaparse al Pirineo...

Sí, ha habido tres días para escalar vías del maestro Christian Ravier, algo que siempre es duro y estimulante.

¿Cómo lleva las despedidas?

Nunca me han gustado demasiado. Sin embargo, algunas son ineludibles y siempre quedas con la familia y los amigos más cercanos para echar una cerveza o comer un bocadillo. Pero tengo que decir que prefiero pasar desapercibido.

¿Y su hijo? ¿Cómo las lleva?

Creo que cada vez lo lleva peor, está acostumbrado a que su padre salga de expedición, pero a medida que se va haciendo mayor le va gustando menos.

Al volver del Makalu, hace un año, comentó que tenían en el horizonte el Corredor Hornbein del Everest, además de las tres cima del Broad Peak. A esta primera ruta ya fueron el pasada otoño y a la segunda ponen rumbo ahora. Lo tenían entre ceja y ceja...

Sí, era una idea que barajábamos desde entonces porque alpinísticamente es un proyecto muy interesante y, como las motivaciones de los tres son comunes, tiramos para adelante.

¿Cuándo surgió exactamente esta idea?

La idea original era de Juan Vallejo, que llevaba años con la idea en la cabeza. Entonces, a lo largo de la expedición al Makalu tuvimos mucho tiempo para hablar y salió este tema, que a la postre ha ido cogiendo cuerpo.

¿Qué tiene que les atrae tanto?

Es una ascensión que con nuestras capacidades creemos que la podemos superar en estilo alpino, algo que nos motiva mucho. Además, abrir una vía nueva en un ochomil siempre es muy estimulante.

¿Qué posibilidades le ven?

Yo le veo bastantes, aunque todo dependerá de las condiciones que nos encontremos. Pienso que es más factible que el Corredor Hornbein y el Pilar Oeste del Makalu, al menos hacer una buena parte de la travesía y alcanzar dos de las tres cumbres.

¿Cuáles serán los principales obstáculos?

El tiempo será sin duda un handicap. Es una vía que exige varios días en altura y no es lo mismo que una ruta normal. En una vía normal puedes tener tiempo regular hasta el último día y con un día y medio bueno vale; en una ruta nueva hacen falta, como mínimo, tres días buenos. El otro handicap serán las condiciones de nieve que encontremos ya que discurre por zonas de mucha pendiente y no sería la primera vez en el Karakorum que nos encontramos abriendo huella con nieve hasta la cintura.

¿Y la aclimatación (el estilo alpino exige hacerla fuera de la ruta)?

La idea inicial era aclimatar en el Chogolisa, pero nos pedían más trámites burocráticos. Es una pena porque es una montaña preciosa y ascenderla en sí era todo un aliciente. Finalmente, tendremos que improvisar en alguna otra montaña, aunque no llegue a siete mil metros.

En la presentación de este "Broad Peak 2010" insistieron mucho en la importancia del estilo. A veces toca hacer pedagogía...

No cabe duda que en el alpinismo en general, no sólo en el ochomilismo, lo más importante es el cómo, más que el qué se escale. Creo que es un tema que va calando y para nosotros es algo muy importante, siempre lo ha sido y según pasan los años lo valoras más todavía.

Ésta va a ser su tercera expedición con Iñurrategi y Vallejo patrocinada por Basque Team. La sintonía entre los tres miembros de la cordada será total...

Sí, con Alberto había estado además en el Gasherbrum IV y con Juan Vallejo he perdido la cuenta de las expediciones que hemos compartido ya. Con Basque Team es la tercera y la verdad es que hay muy buen rollo y una muy buena relación de amistad. Y además de eso están muy fuertes lo cual se agradece (risas).

¿Cuesta seguirles?

Depende del día, a veces cuesta más y otros días vas mejor. En la fase de aclimatación Alberto va muy fuerte porque tiene una capacidad de aclimatarse enorme. En esos primeros días ni se me ocurre picarme con él porque sé que me cuesta más. Son dos montañeros muy potentes, diría que más fuertes que yo.

En los tramos técnicos de escalada, en cambio, supongo que usted será el más fuerte.

Ellos desde luego no son mancos escalando, pero sí que es cierto que, por ejemplo, en el G-IV los largos más difíciles los escalé yo primero porque estoy más acostumbrado a ese tipo de terreno.

Al margen de lo deportivo, ¿cómo son? Alberto parece más serio, Juan más extrovertido...

Bueno, Alberto de serio no tiene nada, lo que pasa es que es distante y, al principio, cuando no tiene confianza, trata de mantener una distancia. Pero de serio no tiene nada de nada (risas). Sí que es verdad que Juan es bastante más extrovertido; los dos son muy buenos colegas.

Han vuelto sin cumbre de las dos últimas expediciones, ¿crea algún tipo de presión?

En mi caso por lo menos no. Está claro que ha dado pena, sobre todo en el caso del Everest, no haber tenido opción siquiera. En esta última expedición yo creía que íbamos a meterle un buen pegue, íbamos muy bien, pero que le vas a hacer... La suerte tiene que estar de tu lado y no pudimos demostrar que éramos capaces de superar aquella ruta

En los últimos tiempos Edurne Pasaban, con quien ha compartido alguna expedición, ocupa la primera plana mediática. En este sentido, sorprenden las críticas que está recibiendo por parte de algunos sectores. ¿Cómo lo ve?

Edurne se ha convertido en un personaje muy público y hay mucha gente que la apoya y unos pocos en contra. Lo que ha hecho Edurne me parece que está muy bien porque hay que subir todas esas montañas y luego poder contarlo. ¿Se puede hacer mejor? Pues está claro. Entonces, creo que está recibiendo muchísimas palmadas en la espalda, aunque también hay algunas pocas críticas que son normales cuando eres una persona tan popular. De todas formas, creo que en algunos casos habrá mucho de envidia.

¿Por qué hay tanta crítica en el mundo de la montaña? ¿Acaso no hay sitio para todos?

Por supuesto que lo hay, ¡faltaría más! Cada uno es libre de afrontar una escalada como le venga en gana siempre y cuando luego cuente las cosas tal y como son. ¿Quiénes somos nosotros para decir si, por ejemplo, se tiene que subir el Everest con oxígeno o sin él? El que lo suba con oxígeno seguro que disfruta más que el que lo haga sin él, aunque el otro tendrá mucho más mérito. Lo único que hay que pedir es que se cuenten las cosas tal y como son. Después, que cada cual valore.

¿Qué alpinismo valora usted más? ¿A quiénes admira?

Hay escaladores que rompen moldes tipo Denis Urubko, Colin Haley o Ueli Steck. Son gente que en este momento cortan el bacalao y en ellos nos fijamos.

Escalar en el Karakorum exige perderse buena parte del verano aquí ¿Le importa?

No me gusta mucho el calor con lo que no me importa saltármelo. Además, el Karakorum es una zona que siempre me ha entusiasmado, me parece enormemente estética y será una gozada escalar allí.

En las dos últimas expediciones les tocó pasar muchas horas en el campo base. Entonces, tiraron de mus y literatura. ¿Ha pensado alguna nueva forma para matar el tiempo?

Yo creo que vamos a estar bastante bien porque coincidimos con Josu Bereziartua, José Carlos Tamayo y Mikel Valllejo, hermano de Juan, con lo que habrá ambientillo en el campo base.