PAMPLONA. "Hablé hace unos días con el entrenador, pero me dijo que tenían que mirar otras cosas primero y ya me comentarían. De momento, no he tenido ninguna conversación con el club y, por las fechas que estamos, veo difícil poder seguir aquí", ha explicado el jugador.
Urdiales, sin embargo, no se cierra las puertas y, aunque admite que baraja otras opciones, no ha recibido ninguna oferta de otros clubes.
"Me hubiera gustado mucho seguir en el San Antonio porque han sido tres años muy buenos y mi mujer y yo estábamos muy felices en Pamplona. Nunca se pueden cerrar puertas ni sabes lo que va a pasar, pero tengo que mirar otras cosas porque quiero seguir jugando al balonmano", ha dicho.
El extremo cántabro, que recaló en el conjunto antoniano hace tres campañas procedente del Ademar León, no ha tenido demasiada suerte con las lesiones, aunque ha precisado que prefiere quedarse con los buenos momentos y dejar atrás los malos.
"Cuando fiché por el San Antonio venía a un equipo grande que aspiraba a todo, pero los problemas económicos han pasado factura y, además, tuve lesiones importantes", ha apuntado.
"Este último año, sin embargo, las cosas han cambiado. Se hizo un bloque joven que ha funcionado muy bien, he tenido muchos más minutos y la confianza del entrenador para ser titular gran parte de la temporada y por eso tenía esperanzas de poder renovar, aunque la economía manda y ha pesado más", ha lamentado el extremo antoniano.
Si finalmente Urdiales no renueva, el Amaya Sport se quedaría únicamente con dos extremos: Adrián Crowley y Alberto Aguirrezabalaga: "La temporada es larga y dos extremos son muy pocos. Supongo que estarán viendo el mercado para reforzarse pero será difícil continuar", ha reiterado el jugador.