vitoria. Alberto Zerain y Juan Carlos Txingu Arrieta emprendieron ayer un viaje a Pakistán desde el aeropuerto de Barajas, iniciando así la expedición Nanga Parbat-Arista Mazeno, una singular aventura consistente en ascender la novena montaña más alta del planeta en estilo alpino y por una vía inédita hasta la fecha.

Zerain y Arrieta partieron acompañados del navarro Miguel Vicente, que les acompañará en la primera parte de la expedición. Los tres tienen previsto ascender el Nanga Parbat por la vía Kinshofer, si bien en el caso de Alberto y de Txingu esta escalada se concibe como período de aclimatación a la altura, antes de afrontar ellos dos en solitario el reto de la nueva vía, que nadie ha atravesado hasta el día de hoy.

Tras una escala en Dubai, los expedicionarios tienen previsto llegar a Islamabad en la madrugada de hoy. Desde la capital de Pakistán, mañana emprenderán viaje a la localidad de Chilas, a través de la famosa Karakorum Highway que atraviesa esta cordillera. El miércoles continuarán viaje por terreno más accidentado en todoterreno, antes de iniciar un trekking de tres días hasta alcanzar su campamento base, al pie del Nanga Parbat y a 4.500 metros de altitud.

Con sus 8.125 metros, el Nanga Parbat es la novena montaña más alta del mundo y la segunda más alta de Pakistán. Su nombre, que significa montaña desnuda en urdu y en hindi, obedece al hecho de encontrarse aislada, por lo que es visible a gran distancia. A lo largo de la historia del montañismo se ha cobrado numerosas víctimas, al punto de que fue conocida como la montaña asesina. Fue coronada por primera vez en el año 1953.

El objetivo de Alberto y Txingu consiste en ascender los 4.500 metros que separarán su campo base de la cumbre en estilo alpino (sin cuerdas fijas, oxígeno ni ayuda externa de sherpas), atravesando la arista Mazeno, de unos 13 kilómetros de longitud, algo que nadie ha conseguido hasta la fecha. Esta arista atraviesa siete cumbres de 7.000 metros de altura, y el trayecto definitivo será decidido sobre la marcha, en función de las condiciones de la montaña, del tiempo meteorológico y del estado físico de los propios alpinistas. Los dos componentes de la cordada deberán realizar en un máximo de cinco días y vivaqueando sobre el terreno todo el trayecto desde el campo base hasta la cumbre, para luego descender a alguno de los campos de altura que habrán dispuesto en el periodo de aclimatación.