Alberto Iñurrategi y Mikel Zabalza evitaron que su compañero Juan Vallejo cayera por una grieta de unos treinta metros de profundidad en el transcurso de la expedición a través de la Antártida. El trineo de unos 170 kilos cayó "en un grieta semioculta" y quedó pendiente del arnés atado a la cintura de Vallejo. El montañero logró aguantar el peso sin dejarse arrastrar hasta que Iñurrategi y Zabalza cortaron la cuerda.

La gran preparación física de Vallejo, que, según relatan ya jocosamente sus compañeros, "tiene unos abdominales de Hércules", evitó la tragedia. "Ha sido simple susto y un toque de atención".

Una vez salvado el expedicionario del Basque Team, tocaba recuperar el contenido del trineo. Descender la sima, y subir todo el instrumental necesario para recorrer los 3.500 kilómetros de la Antártida. Lo hicieron. Y ayer sólo pudieron completar 17 kilómetros, con el viento en contra, y sin emplear esquíes.

Pese a que las condiciones meterológicas han mejorado con respecto a las jornadas anteriores, las consecuencias de este mal tiempo se dejan notar en cada uno de los pasos que los tres montañeros de la expedición NATURGAS/BBK TRASANTARTIKA. No sólo por la intensidad del viento, que ha llegado a alcanzar los 100 kilómetros hora y les obligó hace dos días a detenerse e improvisar un muro de nieve tras el que guarecerse. La acción del viento sobre la nieve aún blanda ha llenado el suelo de sastrugis, esos surcos pronunciados que se están convirtiendo en un auténtico quebradero de cabeza y está reduciendo el ritmo con que atraviesan este auténtico “infierno de hielo”.