bilbao - Allí, en la jaula, Jokin Altuna es un ave del paraíso que no quiere huir. Es su Edén, el lugar al que siempre volver. El hogar. El de Amezketa exhibió su bello plumaje en el grandilocuente Frontón Bizkaia para alcanzar la final del Cuatro y Medio después de someter con su mágico bisturí al bullicioso y retador Unai Laso, aniquilado por el excelso Altuna, que se medirá a Joseba Ezkurdia en la finalísima del acotado en el Navarra Arena dentro de dos semanas. Será la cuarta presencia del amezketarra, un pelotari extraordinario que continúa con la estirpe legendaria de Aimar Olaizola en la distancia. Logró el pase Altuna por su dominio del juego, enciclopédico, aunque el guipuzcoano no es un pelotari académico. Responde al arquetipo de pillo del frontón: imaginativo, resolutivo, de amplio catálogo y competidor voraz. Y en el acotado, que es la versión profesionalizada de jugar a los primis, nadie como Altuna. En el escenario de los partidos que no dejan respirar, Altuna desparramó su ingente cantidad de talento, su mirada de visionario, la resistencia física que exigen los desafíos frenéticos y el sentido táctico de quienes aprenden en cada pelotazo. Con eso afeitó el entusiasmo de Laso, efervescente en el arranque y lacónico en el cierre glorioso de Altuna.
El de Amezketa, que posee una capacidad innata para dar con los ángulos, a modo de un zahorí que encuentra agua en un páramo árido, supo de inmediato que Laso saldría picando rueda. Leyó el partido sin necesidad de libreto. Lo sabía. Altuna es un sabio del frontón. El relinche del navarro sirvió para construir un bello relato en el amanecer, pero en la pira que pretendía quemar a Altuna, ardió su ambición desmedida. Laso propuso un incendio. Cada pelotazo era una hoguera. La vida en cada golpeo. Sobre esas brasas cocinó un inicio estupendo Laso. Bandera pirata. Al asalto. Se disputaron tantos duros como el mármol y bellos como esculturas. En ese instante, al galope, desatado, Laso cobró una buena renta: 1-5. Altuna no se inmutó. En medio del tiroteo, mantuvo el pulso firme y la sangre fría. Se fijó en las señales que emitía su rival. Sus síntomas. Calculó. Laso no podría seguir a ese ritmo. Cada pelotazo de Laso horadaba su propia alma. El de Bizkarreta jugaba al límite. Tal vez más allá. En ese lugar, en el abismo, se gestiona de maravilla Altuna. Sus registros, su camaleónica capacidad de adaptación, le impulsaron. Le hicieron trepar en el marcador. “Tenía buenas sensaciones a pesar del marcador. Estaba jugando bien. Sabía que tenía que seguir”, dijo. Altuna siguió a lo suyo y enlazó media docena de tantos mientras Laso maldecía un par de buenos remates que se le fueron por algún que otro dedo. 7-5. Un gancho que se le escurrió al de Amezketa y un saque de Laso, o un mal resto según se mire, dejaron el partido en tablas. 7-7.
demoledor parcial El comienzo, arrollador en cuanto a ritmo, intenso, con los dos pelotaris en una centrifugadora entre una ráfaga de pelotazos, dañó a Laso. El navarro se ahogó. “Me he llenado en algunos tantos”, expuso. Arena en los pulmones y el ácido láctico trepándole en el paladar, amargándole el sabor. Era el peaje a pagar. La vida se le escapaba en cada pelotazo. Altuna respiraba mejor. Oxigenada su mente, pastoreó el debate sin dar turno de réplica a su oponente. Altuna, sensacional, se disparó hasta el 21-7 trazando ganchos, encontrando el txoko, dominando el aire. Se expresaba Altuna con el arte. Un pelotari de dibujos animados. Laso, superado de punta a punta, peleaba, pero se encontraba en fase de derribo, apolillado por el delantero de Amezketa, fiel a su libro de estilo. Anclado en el centro de la cancha barría de este a oeste mientras Laso, combativo, orgulloso, se desgañitaba tras la pelota, el juguete preferido de Altuna. El de Amezketa movía los hilos estupendamente, tanto que contaminó alguna de sus voleas, esas que adquieren otra velocidad cuando salen de su mano. Su 19º tanto tuvo ese aroma. Es uno de los debes de la pelota y de los jueces. “Altuna hace un poco de atxiki”, expuso Laso, que decoró el marcador (22-10) en medio de la extraordinaria lección de pelota del amezketarra. El maestro Altuna.
Altuna III22
Laso10
Duración 45:01 minutos. 10:51 de juego real.
Saques 2 de Altuna III (tantos 7 y 16) y 2 de Laso (tantos 5 y 7).
Pelotazos 266.
Tantos en juego 13 de Altuna III, y 2 de Laso.
Errores 8 de Altuna III y 7 de Laso.
Marcador 1-0, 1-1, 1-5, 7-5, 7-6, 7-7, 21-7, 21-8, 21-10 y 22-10.
Incidencias Casi 900 espectadores en el frontón Bizkaia de Bilbao. El dinero salió doble a sencillo por Altuna III.