Alrededor de las 8 de la mañana se citaron en Villava los 1.000 corredores que consiguieron dorsal para la disputa de la marcha cicloturista. En una edición que volvió a estar marcada por la pandemia, la salida fue escalonada, con cajones en función de la velocidad media de los ciclistas.

GMv2|pTipoComp=fotos&pIdGaleria=60f2c2f72fc6b5000a90f678|GMv2

Ver Galería

Venidos desde muchos lugares de la península, incluso desde el extranjero, los participantes comenzaron a pedalear por las zonas en las que entrenaba años atrás el pentacampeón del Tour, Miguel Induráin. Justo este año se cumplen 30 de su primera victoria en la roda gala y 25 de su medalla de oro en la contrarreloj de los Juegos Olímpicos de Atlanta, algo que dotó a la jornada de un ambiente especial.

La marcha se organizó en dos rutas distintas: una más corta de 100 kilómetros, y la larga, de 180. Tras recorrer Aoiz, el Alto de Mezkiritz, el de Erro o Zubiri, entre otras zonas, los ciclistas de la marcha corta fueron entrando a meta, situada en el mismo punto en el que salieron. A pesar del carácter no competitivo, la ovación fue notoria para el primer corredor en llegar, Peio Amatriain, con un tiempo de 2h:44.30. Minutos después cruzaron de la mano dos caras reconocidas del deporte español, los exatletas Martín Fiz y Abel Antón, además del exciclista Abraham Olano.

El sol y el viento caluroso de la mañana no impidieron que se cumplieran los objetivos de los participantes, quienes dispusieron de avituallamientos durante la carrera y de duchas a su llegada a Villava.

La ruta larga tuvo el añadido de los puertos de Egozkue y Belate, y la subida cronometrada de Artesiaga, único aspecto premiado en la jornada. Josep Arnau, con un tiempo de 34:39, y Marijo Mayoral, con 48:43, fueron el hombre y la mujer más rápidos en completarla, y por ello recibieron un obsequio de cerámica hecho a mano, que simuló los que Induráin recibía en la carrera francesa.

Daniel López, con un tiempo de 5h:24.08, fue el primero en cruzar la meta en la prueba larga. La afición, que dio ambiente en los pueblos por los que discurrió La Induráin, puso sus ojos en la llegada a meta del excliclista, así como en la de los exfutbolistas David Villa y Víctor Sánchez del Amo. Además de que la organización de la marcha fuese de la manera prevista, cumpliendo todos los protocolos anticovid, la jornada tuvo una recaudación solidaria. Martín Fiz y Abel Antón consiguieron, de la mano de Banco Santander, 5.960 euros para ASPACE Navarra.