- Estíbaliz Armendáriz (Pamplona, 24/06/1974), timonel de la embarcación española de PR3 Mixto en los Juegos Paralímpicos, nació sin la pierna derecha por una malformación. Tokio 2020 será su primera participación olímpica, algo que nunca que se imaginó cuando empezó a remar en el Club Náutico Navarra.

Dos de los cuatro miembros de la embarcación tienen limitaciones visuales y Estíbaliz, como timonel, es la encargada de guiarles, alentarles y aplicar la estrategia de la regata. Estíbaliz resume su misión como "tratar de que mis compañeros terminen la regata pensando en que no podían dar más".

La Federación Española de Remo le propuso en 2020 ser parte del equipo paralímpico de PR3 con el objetivo de clasificarse para París 2024, pero el excelente rendimiento y una invitación del Comité Paralímpico Internacional le dieron un billete para Tokio. Su camino para llegar a los Juegos no ha sido fácil, después de que se rompiera la presa de Santa Engracia en 2018 apenas ha podido entrenar en el agua y a sus largas jornadas de entrenamiento ha tenido que añadir los viajes al Club Náutico de Lodosa.

Su rutina diaria empieza a las 7.30h con el primer entrenamiento, a las 9.15h entra a trabajar y tras completar su jornal de 8 horas en Naitec vuelve a entrenar dos horas y media para acabar llegando a casa a las 22.00h. Una rutina que Estíbaliz empezó con la intención de perder peso y ha acabado con un viaje a Tokio.

¿Cuándo empezó su relación con el deporte adaptado?

-En la escuela empecé con la natación porque en mi casa había cultura de practicar deporte para mantenerse saludable. Después en la universidad me pasé al waterpolo, tras la soledad de la natación buscaba un deporte de equipo y acerté. En 2005, tras pasar un par de años alejada del deporte quería volver al ruedo y empecé con el remo. La verdad es que estaba cansada de la piscina cubierta y de hacer largos yo sola, quería algo al aire libre. Hasta hace un año nunca me tomé el remo muy en serio ni lo tuve como un objetivo claro, pero cuando me ofrecieron el reto de formar parte de la selección española me propuse darlo todo para ver hasta dónde llegaba. El PR3 es una disciplina con una historia muy corta en España y algunos de mis compañeros no se habían subido a una barca hasta hace un año. A ver si conseguimos hacer un efecto llamada en estos Juegos de Tokio y creamos cantera para próximas participaciones.

¿Qué dificultades se encuentra a la hora de subirse a la barca?

-Los accesos a los clubes y los accesos a los embarcaderos son lo que más dificultan la práctica del remo. En el Náutico Navarra se tuvo rehacer y adaptar una pequeña rampa para mí y para cualquiera que quisiera bajar el bote. Además de eso no necesito nada más, utilizo las barcas ordinarias del club, puedo moverlas y subirme con normalidad a ellas.

¿Siente que se dan facilidades para practicar el remo en Navarra?

-Desde luego que no. En 2018 se rompió la presa de Santa Engracia y todavía está sin resolver. En el club no se ha personado nadie para decirnos que se quiere apostar por ella y reconstruirla. Estamos en una situación crítica, para poder entrenar en el agua tenía que irme al Club de Remo Lodosa, hacer dos horas de viaje para entrenar otras dos. He preparado los Juegos desde casa, es como si Usain Bolt entrena para los 100m en una cinta de correr. He echado de menos que las instituciones se tomaran más en serio una actividad deportiva como el remo.

¿Cuando empezó a pensar que podría llegar a unos Juegos Paralímpicos?

-Empecé con la intención de perder peso, con eso te lo digo todo. Vas mejorando tu forma física, después aprendes a remar y al final se te acaba presentando esta oportunidad, el club me animó y aquí estoy, en Tokio.

¿Con qué expectativas viaja a Tokio?

-Vamos muy animados y contentos porque no tenemos presión. Todos los objetivos que se habían planteado los hemos cumplido con creces. Queremos tener una primera toma de contacto para saber dónde estamos, acabamos de empezar y estamos gateando todavía. No tenemos nada que perder, no tenemos miedo y solo podemos dar todo lo que tenemos en el agua.

Los entrenamientos le han restado mucho tiempo a su vida personal, ¿ha merecido la pena?

-Claro que sí, ahora lo miras con distancia y ves que todo el esfuerzo ha tenido sentido. Soy gestora de proyectos de I+D en Naitec y me he tirado 14 meses compaginando el deporte y mis obligaciones laborales. A las 7.30h ya estaba entrenando, a las 9.15h entraba a trabajar y a las 19.00h salía de Naitec para entrenar otras 2 horas y media. Es muy intenso y muy duro, te levantas a las 6.00h y no paras hasta las 22.00h, así un día tras otro.

¿Animaría a las personas que tienen alguna discapacidad a empezar en el mundo del deporte?

-Sin duda, normaliza tu vida y tu perspectiva de lo que puedes y de lo que no puedes hacer. Te hace sentirte más capaz y te hace disfrutar, las sensaciones físicas que te transmite el deporte son vida. Para los que quieran empezar les diría que lo fundamental es encontrar un deporte que te guste de verdad y que tenga el apoyo de un grupo de soporte como puede ser un club o un gimnasio.

Remo. Se subió a una barca por primera vez en 2005 tras probar con la natación y el waterpolo. Desde entonces ha competido en la categoría de veteranas, hasta que en 2020 le ofrecieron la oportunidad de centrarse en preparar los Juegos Paralímpicos.

Primera experiencia. Estíbaliz reconoce que ir a los Juegos Paralímpicos de Tokio es "un regalo, una locura maravillosa de la vida". El equipo español viaja a la capital nipona con la intención de probarse frente a los rivales más fuertes y disfrutar la experiencia.

PR3 mixto. Una embarcación con cuatro remeros y la timonel, que será Estíbaliz.

"Es muy intenso y muy duro, te levantas a las seis de la mañana y no paras hasta las diez de la noche"

"Después de que se rompiera la presa de Santa Engracia he tenido que ir a entrenar hasta Lodosa"