Izai Contín es un joven de 20 años que ha vuelto a dar patadas a un balón de fútbol. Se muestra feliz, una sonrisa de oreja a oreja esboza su rostro y el motivo no es menos: ha superado un linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer que comienza en los glóbulos blancos (linfocitos), una enfermedad que también han afrontado con éxito recientemente el actor y cómico Dani Rovira o la tenista Carla Suárez, además de un incontable número de personas anónimas.

Las estadísticas reflejan que la tasa de supervivencia a 5 años para todas las personas con linfoma de Hodgkin es del 87%. Si el cáncer se encuentra en sus primeras etapas, la tasa de supervivencia a 5 años es del 91%. Si el cáncer se disemina regionalmente, la tasa de supervivencia a 5 años es del 94%.

Esta pesadilla comenzó en pretemporada. “Aquí entrenando me di cuenta de que algo no iba bien. La pretemporada me costó, pero lo vi como algo normal porque como todos los años cuesta empezar, pero los compañeros empezaban a ponerse a tono y yo al revés, iba hacia abajo físicamente y me agobiaba mucho. No tenía ganas de entrenar y perdí peso. Al principio no le di importancia, pero en navidades decidí mirarme a ver si había algo y a los dos días los médicos me dicen me dicen que lo fuera asimilando, que el cáncer era una opción que podía tener, que sin hacerme pruebas ya se veía lo que podía ser y ahí te hundes, no entiendes nada de por qué te toca a ti, pero asimilé rápido y esos meses fueron extraños. Sabía que tenía algo pero no me aclaraban qué tenía. Y eso fue lo peor, porque no sabes para dónde tirar, no te ves mejorando y al final cuando te lo diagnostican del todo para mí fue un alivio porque ahí ya sabes que tienes un tratamiento y puedes tirar para adelante”, relata Izai.

“Al principio no entiendes por qué te pasa a ti, pero es un alivio saber que hay un tratamiento para el cáncer”

Tocó parar y volver a empezar. El jugador reconoce que por momentos se vino abajo, porque “al principio no entiendes por qué a ti, qué has hecho para tener que pasar por eso con esta edad. Pero después de esos meses, fue alivio saber que tenía un tratamiento y sabes que se puede curar”, y que en ese momento “te metes en tu mundo y te das cuenta de que la gente se empieza a preocupar y ves que le importas a la gente”. Gestos que ayudan a dar el primer paso en la recuperación, y comenzar un proceso en el que el aspecto mental entra en escena. “He tenido suerte de ir bien con la cabeza, en todo momento he pensado en positivo y ha ido todo bien. Es querer tirar hacia adelante, y pensar que todo va a ir bien”, se sincera un Izai que añade que “sabes que cuando acabe vas a estar bien. Pero no sabes cuándo vas a poder jugar”.

UN CAMINO DE NUEVE MESES Nueve meses han pasado para que Izai Contín haya vuelto a jugar a fútbol sala. Un camino marcado por la quimioterapia, que no es plato de buen gusto. “Al principio, la primera sesión me dejó destrozado. Fui al hospital y al mediodía ya estaba en casa, pero me quedé cuatro días sin poder levantarme, sin fuerzas para nada y sin poder comer. Tenía mucho vómito. Luego me dieron alguna medicación para controlar las náuseas y me funcionó muy bien. Las siguientes sesiones fueron mejor, y las últimas pues al final llevas mucha carga en el cuerpo y llegas muy cansado. Las últimas las controlas mejor, sabes a lo que te expones y las puedes llevar mejor. Al principio sabes cuando ingresas que el primer día vas a estar mal, el segundo día es el peor, y al final acabas controlando gracias con la medicación”. Así, hasta que el 12 de agosto llegó a su fin.

Sin embargo, a pesar de que ha pasado días de bajón, el jugador reconoce que los casos mencionados de Dani Rovira y de Carla Suárez le han servido como espejo “en los que ver lo que me podía pasar. Ellos lo han hablado con normalidad, sin miedo y eso te ayuda a seguir”.

IKER BIZKAI

Entrenador del San Juan

“Nos ha dado una lección”

Sin embargo, Izai Contín ha estado siempre pendiente de lo que hacía el equipo. “Siempre que podía y los ciclos me lo permitían, bajaba a ver al equipo y me iba de viaje con ellos también. Intentaba venir para estar con ellos. Cuando estás en casa, los médicos te dicen que cuanto mejor estés y mayor vida normal puedas hacer, que la hagas sin problema”, desvela el jugador, al tiempo que no oculta las ganas que tenía de volver.

Una de las personas que más ha estado pendiente ha sido su técnico, Iker Bizkai, que admite que cuando recibieron la noticia “fue un golpe duro” y destapa que tuvo una conversación “entre entrenador y el jugador, a ver si estaba bien, si le pasaba algo fuera del campo, porque no era normal que hubiera empezado como una moto y se notaba que iba para abajo”. “Me ha sorprendido, por que es un chico introvertido y no muestra mucho sus sentimientos, y fue una relación entre padre e hijo o de hermano mayor y hermano pequeño y hemos llevado bien. Lo veía muy entero y se le vio que lo iba a superar, porque así lo dijo él. Hubo un pequeño bache porque tuvo que ir a varios médicos, pero estaba capacitado para superarlo”, prosigue.

El entrenador destaca el gesto de arropar al equipo, “que dice mucho de la persona y del sentimiento de equipo que tiene” y ensalza la “valentía y la manera con la que lo ha afrontado, que nos ha dado una lección a todos, porque la verdad es que lo ha llevado como una persona adulta, responsable y muy madura”.

A pesar de que tiene que seguir en revisión, Izai Contín tiene claro qué quiere hacer: “disfrutar y vivir”. Y es que, superar un cáncer ha sido su mejor regate.