La decisión
No es que sea yo muy taurino, pero en estas fechas, hay un refrán que viene que ni al pelo: “A toro pasado, todo son verónicas”. Me refiero a la decisión que tomó la plana mayor de Ducati hace más de un año, y que, yo el primero, no se acabó de entender. Cuando todo parecía que Jorge Martín era y debía ser el elegido para subir al equipo oficial, siendo líder del campeonato (y a la postre campeón del mismo), la decisión de fichar a Marcpara ese asiento revolucionó el Mundial.
Ahora, con Marc abusando de los demás pilotos, muchos se apuntan a lo acertado de aquella complicada decisión. No era fácil. Jorge era el líder y todo pintaba que iba a ser el campeón. Venía de dos años en Ducati, mientras que Marc salió huyendo de una imposible Honda y recaló, poco menos que gratis, en un equipo satélite, casi un grupo de amigos, con más corazón que recursos. Y en su momento, en aquel fin de semana de Mugello, supo jugar sus cartas de una forma magistral, cerrando otras posibles opciones y tensando las cuerdas hasta que forzó la decisión.
Repito que yo y muchos que siguen el Mundial desde adentro no lo entendimos, algo se nos escapaba. Pero después hemos sabido que además de cuestiones de marketing y de pósters colgando en concesionarios de la marca italiana por todo el mundo, había cantidad de datos, de telemetría, que hicieron que la decisión no fuera tan emocional y fuera mucho más racional. Y aquí entra la figura de Gigi Dall’Igna, el gurú técnico del milagro Ducati. Un tipo tan especial que es capaz de no asistir a uno de los fines de semana más importantes del calendario porque está decidido a celebrar su cumpleaños con los suyos. Olé. Ahora se sabe que en aquellos días tan difíciles cuando tenían que jugársela con la decisión que marcaría tu futuro para los dos siguientes años, él fue quien, con números y datos sobre la mesa, empujó para que Marc vistiera de rojo. No era solo una cuestión de dinero e imagen, eran números sobre aperturas de acelerador, presiones sobre el freno y grados de inclinación. Nadie más tenía esos datos y por eso pensamos cuán injusta era aquella decisión. Por eso fue la que fue. Por eso ahora saborean estas victorias tras victorias y se ven en la cumbre. Por eso a los demás solo nos queda decir: “Olé”.