pamplona - El balonmano navarro está en lo más alto. Ésta es una afirmación tan rotunda como cierta. El año que está a punto de terminar, 2019, así lo corrobora. La Comunidad Foral puede presumir de tener desde una subcampeona del mundo, a jugadores que rozando la mayoría de edad han dado el salto a la elite o una base de chicos y chicas que están proporcionando resultados más que satisfactorios a este deporte. Un balonmano que no deja de sumar nombres, alegrías, presente y futuro, sobre todo cuando se habla en femenino.

Si hay un referente en este deporte ahora mismo en Navarra es, sin duda, Nerea Pena. La pamplonesa se colgó hace unos días con las Guerreras una histórica medalla de plata en el Mundial de Japón, un torneo que además le permitirá luchar por una plaza en los Juegos Olímpicos de Tokio. A sus 30 años, Pena quiere volver a sentir la adrenalina de unos Juegos, como ya lo hizo en Río de Janeiro, y no renunciar a la ambición de pugnar por los metales. Garra le sobra a la central del Siófok húngaro.

La de Nerea Pena no es la única medalla de Plata que ha tocado Navarra este año. Otro nombre propio que hay que recordar es el de Mateo Garralda. El excampeón del mundo, el lateral zurdo que defendió por todo lo alto camisetas como la del Portland San Antonio, el Barça o el Teka, es seleccionador de Chile desde 2016. Bajo su batuta, el combinado chileno ha hecho historia. A principios de año, el equipo logró la mejor marca en un Mundial de balonmano -16º en el torneo de Alemania y Dinamarca- y, más tarde, se alzó con la plata en los Juegos Panamericanos. Una final que perdió ante la Argentina de Manolo Cadenas, pero que alcanzó tras eliminar a toda una Brasil. Casi nada.

Hay más nombres que el balonmano navarro ha exportado. El que fuera entrenador de Garralda en el Portland, Zupo Equísoain, ha cogido las riendas de la selección de Emiratos Árabes Unidos. Fernando Gurich continúa con su trabajo como técnico deportivo en la Federación de Eslovaquia. Al margen de los banquillos, Eduardo Gurbindo sigue en el Nantes francés, ahora mismo volcado en recuperarse de una lesión; y Iosu Goñi, que prepara el Europeo de Austria, Noruega y Suecia, sigue liderando al PAUC de la Liga gala.

Quien abandonó Francia, en concreto el Chambery -y no parece que le vaya nada mal-, es Niko Mindegia. El central de Doneztebe fichó esta temporada por el Orlen Wisla Plock de Polonia y el cambio de aires le ha ido estupendamente. Su equipo es líder de la competición polaca, él se ha convertido en uno de los puntales en la dirección e incluso ha logrado goles determinantes, como el que anotó sobre la bocina para dar el triunfo a su equipo en el clásico ante el Kielce. Sin olvidar, además, que está inmerso en la Champions League, la máxima competición europea de clubes.

el salto a la elite

Ernesto Goñi y Lysa Tchaptchet

Talento y proyección

Este pasado verano venía cargado con dos noticias bomba. Dos de los nombres con más proyección del balonmano navarro, Ernesto Goñi y Lysa Tchaptchet, fichaban por dos equipos de la elite. Ambos con apenas 17 años en ese momento.

Goñi sumaba un nuevo reto al incorporarse al BM Logroño La Rioja de la Liga Asobal. El lateral, ahora ya mayor de edad, daba el salto a uno de los equipos punteros de la competición, que disputa además Copa EHF, y lo hacía después de toda una vida en el club del colegio San Ignacio, el Loyola. De la escuela fue a la Asobal, previo paso además por el Mundial Juvenil de Macedonia con España, cuya selección Júnior también ha contado con el jugador, de 2 metros de altura.

Mención especial merece también Lysa Tchaptchet. La pivote de origen camerunés, formada en el Beti Onak, dejó Villava-Atarrabia y se enfundó la camiseta del BM Elche de la Liga Guerreras Iberdrola. Y no sólo eso. La obtención de la nacionalidad española le ha permitido participar en el programa Guerreras Objetivo 2021 y ser citada con la selección Júnior.

la cantera de anaitasuna

Antonio Bazán, Ander Izquierdo, Aitor García (y Sergey)

La selección llama

Este 2019 ha sido también un año de éxito para una cantera, la de Anaitasuna. Antonio Bazán se mantiene a sus 23 años como uno de los pivotes con mayor proyección de la Liga Asobal, a la par que estudia la carrera de Medicina. El seleccionador Jordi Ribera sigue confiando en él y, de hecho, ahora mismo está junto al equipo B de España en Polonia para disputar un Torneo 4 Naciones a las órdenes del técnico César Montes.

Con él se encuentra su compañero Ander Izquierdo. El central, de 19 años, jugó en agosto el Mundial Juvenil de Macedonia, la Júnior ha seguido citándole y ahora ha llamado a su puerta la Absoluta. Su calidad y potencial no han pasado desapercibidos para Ribera y su equipo, el Helvetia -con el que ha dado el salto definitivo a la Asobal-, acaba de blindarle hasta la temporada 2022-2023. En enero volverá a vestir la camiseta de los Hispanos Júnior para otro torneo en Portugal, una cita a la que acudirá junto al pivote del filial Aitor García, quien ha empezado a probar las mieles de la selección y sabe además qué es jugar ante un Barcelona en la Liga.

De la cantera navarra también procede Sergey Hernández, portero del BM Logroño, quien goza cada vez más de la confianza de Ribera. Ahora, prepara con los Hispanos el próximo Europeo en Torrelavega y la temporada que viene compartirá vestuario con Iosu Goñi en el PAUC francés.

la base pega fuerte

Los éxitos del CESA

Y los clubes despuntan

El año comenzó con dos éxitos reseñables en el balonmano femenino: el oro del combinado navarro Infantil en el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas (CESA) de Valladolid y la plata en Juveniles. Pero las chicas no se quedaron ahí. Dos de las subcampeonas, Olaia Luzuriaga (Gurpea Beti Onak) y Nerea Gil (por entonces del Malkaitz y ahora en el Handbol Sant Quirze) se enfundaron la camiseta de las Guerreras Júnior y jugaron el Europeo de Hungría, donde finalizaron séptimas. Además, una de las jugadoras que se alzó con el oro en Valladolid, Nerea Aginagalde, se proclamó campeona de España con las infantiles del BM Uharte, todo un éxito para el club. Y si de fases finales se habla, también fue muy reseñable el subcampeonato de las Cadetes del Beti Onak, cuya primera línea Aileen Ripa pudo disputar también el Europeo Juvenil de Eslovenia.

Estos rostros representan un año de ensueño para el balonmano navarro. Seguro que faltan muchos más. Ojalá que todos ellos sigan escribiendo más capítulos memorables en la historia de este deporte.