bilbao - “Al menos hoy, soy líder”, decía el lunes, jornada de descanso, Nairo Quintana, el mismo día que se oficializó su marcha al equipo Arkéa Samsic. “El martes es un día muy importante”, advertía sobre la crono individual, aunque ya deslizaba la asunción de la pérdida de su liderato: “Pase lo que pase en la contrarreloj, todavía queda mucha Vuelta por delante”. La cesión del maillot rojo era de esperar, pero el descalabro fue importante.

Si Quintana amanecía ayer con seis segundos de ventaja en la clasificación, se acostó con tres minutos de desventaja; el vencedor Primoz Roglic, nuevo líder, le endosó 3:06 en los 36,3 kilómetros; al paso por el kilómetro 11, el colombiano perdía 1:26; al alcanzar el 24, 2:12. “No ha sido mi mejor crono. Esperaba una pérdida de dos minutos o dos y medio; tres es bastante”, admitió el cafetero, que terminó en la vigésimo séptima posición y como corredor más rezagado del elenco de candidatos a vestir de rojo en Madrid.

Sin embargo, Quintana, cuarto en la general, depositó sus esperanzas de conquistar su segunda Vuelta en su estado de forma. “ Que no me haya salido buena crono no quiere decir que no tenga buen cuerpo; sigo sintiéndome bien y habrá posibilidades de atacar. Atacaremos como sea. Yo y Alejandro Valverde estamos cerca y tenemos que jugar con eso. Sabremos jugar las cartas. Yo ya no tengo nada que perder. Hay que aprovechar cada oportunidad y disfrutar”, manifestó el colombiano, la cruz del Movistar.

Porque la cara fue Valverde, al menos a juzgar por su valoración sobre la décima etapa. “No está mal el tiempo perdido con Roglic -1:38-. He salvado la etapa y creo que he hecho una crono bastante decente”, juzgó el murciano, poseedor del decimotercer mejor tiempo y que le ha elevado a la segunda plaza de la general, a 1:52 del líder del Jumbo-Visma.

Al ser cuestionado sobre su rol tras las diferencias establecidas en la crono, Valverde aseguró que las dos cabezas de la bicefalía del Movistar en esta Vuelta están molestas de tratar el asunto de la jerarquía. “Un minuto arriba o abajo no cambia nada porque queda mucha carrera. Nairo y yo estamos cansados de si uno o el otro es el líder del equipo. Los dos estamos haciendo lo mejor posible”, sentenció, para seguido, al igual que Quintana, proyectar optimismo: “Estamos ahí, en tiempo”.