urdax - “Ganar cerca de casa es un sueño hecho realidad”. Palabras incrédulas de Mikel Iturria (Euskadi Murias) después de estrenar su palmarés profesional con una victoria agónica en la undécima etapa de la Vuelta, que empezó en Saint Palais (Francia) y finalizó en Urdax, en la que Primoz Roglic (Jumbo Visma) logró mantener la camiseta roja.

Iturria (Urnieta, Guipúzcoa, 27 años) llevó la fiesta al Euskadi Murias un año después del estreno de Óscar Rodríguez en La Camperona. Lo logró con una escapada en los últimos 25 kilómetros y un final agónico que evitó la embestida de los rivales que integraron la escapada del día.

Entró en meta dándose golpes en la cabeza. No se lo creía, pero fue una realidad bien merecida. Levantó los brazos al cielo en solitario, en una meta situada a una hora de su domicilio. “Un sueño hecho realidad”.

Atacó con el alma y el corazón”, como dijo su director, Jon Odriozola. “Casi nos da un ataque”. Todo para ganar a una media de 39 kms/hora. Le siguieron sólo a 6 segundos el bilbaíno Jonathan Lastra (Caja Rural Seguros RGA) y el estadounidense Lawson Craddock (Education First).

Más de 18 minutos atrás, con calma y cierta desidia, el pelotón terminó la jornada como si tal cosa. Día de descanso activo. Hace tres años, en la misma meta, el grupo finalizó, entre risas, a 33 minutos. Los favoritos pasaron página sin novedad alguna. Roglic con la roja en espera de días de más movimiento. Alejandro Valverde echa cuentas a 1.52 minutos, Supermán López a 2.11, Nairo Quintana a 3 y Tadej Pogacar a 3.05.

Mikel Iturria, aficionado a las apuestas de ciclismo online, tal vez apostaría por él mismo, a sabiendas lo difícil que es ganar en la Vuelta. Pero en tierra de brujería los espíritus más amables se le aliaron con el chaval del Euskadi Murias, un equipo que lucha contra su propio futuro.

Iturria se metió en el proyecto de 14 hombres con hombres importantes, entre ellos sus compatriotas Jorge Arcas, Gorka Izagirre, Madrazo, Álex Aranburu y Jonathan Lastra y Mikel Iturria.

Después de aguantar las batallas en los 3 puertos puntuables, Iturria jugó su baza ganadora a 25 de meta, una superado el Col de Otxondo. Muchos lo habían intentado, pero ninguno dio con la tecla correcta.

Iturria tenía la etapa marcada en su agenda. Por eso fue a entrenarse por aquellas carreteras. Estímulo no le faltaba: cerca de casa, escuchando su nombre desde las cunetas y con un puñado de segundos en la mochila se negó a perder la oportunidad de su vida. Y la ganó.