Ayer se cumplieron 25 años de la histórica gesta de Miguel Induráin, cuando logró su quinto Tour de Francia de forma consecutiva, un logro que el ciclista navarro ha recordado en una entrevista en El País con motivo de las bodas de plata.

Induráin confesó que la victoria en aquella edición empezó a elaborarse en la etapa de Lieja, en la que un ataque sorprendió a sus rivales, una jornada que recuerda como "muy dura", pero en la que aprovechó el conocimiento del recorrido para marcar diferencias un día antes de una contrarreloj, terreno en la que el navarro marcaba las diferencias reales.

"El día de Lieja y la contrarreloj del día siguiente marcaron el Tour. Vi la situación, conocía el terreno por la Lieja-Bastoña-Lieja y ataqué. Íbamos a mil por hora y vi la fatiga de todos. Fue una etapa muy dura", reconoció el navarro.

El corredor de Villava confiesa en la entrevista que su objetivo era llegar a París con el maillot amarillo, y asegura que "llevar el amarillo en una etapa de más, o en una de menos, es secundario".

Pese a lograr el triunfo final, Miguel Induráin confiesa haber sentido peligrar en algunos momentos su victoria, sobre todo por los ataques de Zülle y Jalabert, este segundo, además, llegó a ponerse líder virtual tras una fuga que finalmente fue un mal mayor.

"Sentí un riesgo por la carrera en Mende, pero aquello no era mi responsabilidad, era la del equipo. Ellos tenían que controlarlo, y ahí sí que les metí presión porque se les había escapado la situación", confesó el pentacampeón del Tour.

Miguel también recordó la tragedia del italiano Fabio Casartelli, quien perdió la vida en una caída en el Col de Portet d'Aspet. El navarro, que presenció la caída, asegura que desde un primer momento sabía que iba a ser algo de gravedad.

"Vi la caída de Casartelli en directo y me di cuenta de que era una caída fuerte. Nos informaron del fallecimiento después de la etapa", confiesa Induráin.

Cuestionado sobre las acusaciones de ser un ciclista que no atacaba, el villavés asegura que sus ataques eran en contrarreloj, "donde tenía que sacar las diferencias para luego en la montaña llevar mi estilo de carrera", aseguró. Además, reconoce que una de las claves de su victoria de ese año fue el cambio de estilo que marcó desde el inicio.

"Ese año cambié la manera de correr al principio y entonces se descolocaron. Tienes las ideas del equipo presente, pero en carrera tienes que tomar decisiones", afirma Miguel.

Induráin hizo una valoración sobre si hubo falta de regularidad de sus rivales, ya que en sus cinco Tours compartió podio con ocho ciclistas diferentes, algo sobre lo que reconoció "entonces las temporadas eran muy amplias y el calendario era distinto. Algunos no corrían el Tour porque el recorrido no les beneficiaba. Antes el Tour no se lo comía todo como ahora. El Giro y la Vuelta tenían más relevancia, y a veces los rivales hacían otros calendarios. Todos me lo pusieron difícil".

Sobre la ausencia de un ciclista "antagonista" durante su etapa,, Induráin aseguró que "quizá mis rivales eran más escaladores que rodadores, y en aquellos años la contrarreloj marcaba mucho", y reconoce "o eras rodador, o para el Tour lo tenías difícil".

"Atacar es una parte de la carrera, pero, para la general, el que ataca mucho al final no gana"

"Quería ser líder en París. Llevar el amarillo en una etapa más o en una menos es secundario"

Exciclista navarro