- “Como cada día, es un poco de lotería. Quisiera poder coger la fuga, pero va a ser muy complicado”. Desde luego, Tim Wellens, de profesión escapista, no es un visionario. Se equivocó de presagio. Difícilmente acertará el número premiado de la lotería el belga, pero compró boletos para ello. Wellens encontró su fuga, que era algo evidente y notorio, y cuando se metieron los números en el bombo, salió su nombre de ganador entre los tres que se jugaban la etapa: él, Guillaume Martin y Thymen Arensman. El trío tiró los dados después de que se sucedieron las intentonas hacia Sabiñánigo, tierra de Houdinis, y el belga evidenció su jerarquía. También lo hizo Roglic, que lanzó un mensaje en el repecho que coronó Welles. Al esloveno no le va el azar. En un final escarpado, tramposo y cheposo, el líder esprintó y metió algunos segundos a sus rivales más inmediatos que no computaron por la caída de Dan Martin, Gorka Izaguirre y otros en la antesala del regreso a la montaña. Roglic no entiende de días de transición.

Un manual de fugas se desplegó en un territorio que aún recuerda la huida de Contador, el despiste del Sky, la persecución orgullosa de Froome y el aprovechamiento de Quintana. El pinteño fue el ejecutor del británico, pero el vencedor fue el colombiano. El ciclismo y sus corrientes internas, su efecto dominó. Con Wellens, entre idas y venidas, compartieron cartel Martin y Arensman, juntos en el alto de Petralba, el último escollo camino de Sabiñánigo. En un recorrido quebrado, con el ritmo desordenado y loco del comienzo, los favoritos pensaban en el futuro cercano, en la montaña que viene, aunque el Tourmalet haya desaparecido, tragado por los devastadores efectos del coronavirus. Formigal será su reemplazo. El presente era para los fugados porque a los esprinters el trazado les provocó sarpullido.

Wellens, el experto, Arensman, un jovencísimo pívot, y Martin, el filósofo que ama a Nietzsche, colaboraron. Mosqueteros. Todos para uno y uno para todos. Ese era el diálogo hasta que accedieron al callejero de Sabiñánigo. La discusión de los fugados no interesaban en absoluto a Roglic, repantingado el líder en el chaise longue del Jumbo entre árboles que perdían hojas y rocas formidables. En la ciudad, Arensmans se disparó. Wellens se encoló. Después reaccionó Martin. En el repecho, el belga sentó a Martin. Antes había claudicado Arensman, sin fuelle en la cuesta que repartió el triunfo. En el pelotón, el repecho dejó la caída de Dan Martin y Gorka Izagirre. Roglic salvó el incidente y esprintó para proteger su causa antes del regreso a la montaña. Roglic no juega a la lotería.

Quinta etapa

Mikel Nieve

Julen Amezqueta

Imanol Erviti

Clasificación general

Mikel Nieve

Julen Amezqueta

Imanol Erviti