madrid - Cuando el 31 de agosto pasado se celebró el sorteo de la fase de grupos de la Liga Europa 2018/19 en el Fórum Grimaldi de Mónaco Chelsea y Arsenal partían en el grupo de grandes favoritos.

Ambos, habituados a batirse en la Champions, tan sólo eran superados en el ránking por el Sevilla, y, a lo largo de la competición, sacaron a relucir los galones.

Victorias claras, remontadas y, por qué no, momentos de apuro y zozobra, jalonaron la andadura de los blues y de los gunners, que se plantaron a la postre con solvencia en la final de Bakú.

Tanto Arsenal como Chelsea dominaron con mano de hierro sus respectivos grupos, terminando con 16 puntos tras ganar cinco partidos y empatar tan solo uno.

A veces con más claridad, otras con más apuros, pero ambos conjuntos fueron superando las eliminatorias hasta encontrarse en la final de mañana.

Por un lado, el Chelsea tratará de conseguir su segundo título de la Liga Europa, mientras que el Arsenal persigue su primera corona en una competición en la que el Sevulla es el equipo más laureado con cinco entorchados.

Los blues se coronaron en la campaña 2012-13 bajo la batuta de Rafa Benítez al derrotar en la final del Amsterdam Arena al Benfica por 2-1, con tantos de Fernando Torres y de Branislav Ivanovic, que desequilibró el partido en la prolongación.

El Arsenal jugó la final de la edición 1999-2000 ante el Galatasaray, la gran revelación. El encuentro, disputado en el Parken de Copenhague, concluyó con empate a cero, pero En la tanda de penaltis los hombres de Fatih Terim anotaron sus cuatro lanzamientos y por el conjunto que dirigía el francés Arsene Wenger tan solo marcó Ray Parlour.

El partido de mañana en Bakú llega rodeado de polémica ya que el largo e incómodo desplazamiento hasta la capital de Azerbaiyán, criticado por ambos clubes, ha hecho que incluso se hayan devuelto entradas para la final pese al tradicional movimiento de hinchadas que suele caracterizar a los conjuntos ingleses. - Efe