donostia - La Real emitió durante la tarde de ayer un comunicado poco usual, pero mediante el que quiso evitar que las noticias extraoficiales se dispararan respecto a la situación de Gero Rulli. El meta argentino, con permiso del club txuri-urdin, ha viajado a Montpellier para pasar reconocimiento médico con el conjunto francés. Según especificó la propia Real en su nota, Rulli se ha desplazado con el objetivo de acelerar los trámites “de cara a un posible acuerdo de cesión”. No resulta habitual que circunstancias así se hagan públicas. Pero un viaje como el emprendido por el argentino podía verse destapado en cualquier instante, por agentes próximos a las negociaciones o incluso a través de imágenes en las redes sociales.

Tampoco parece, en cualquier caso, que esa “posible cesión” aludida por el club corra peligro de verse comprometida. El final del mercado se acerca, la Real no ha encontrado un buen comprador y la situación en su portería comienza ya a exigir con cierta urgencia la salida de uno de los guardametas. Que el elegido era Rulli resultaba un secreto a voces. Y finalmente el formato elegido ha sido el del préstamo. Es de prever que todos los flecos pendientes, tanto en lo relativo al reconocimiento médico del jugador como en lo que respecta al acuerdo definitivo de cesión, se resuelvan durante las próximas horas. Cuando esto ocurra, el de La Plata dejará de pertenecer a la primera plantilla realista cinco años después de su aterrizaje. Queda por conocerse, eso sí, cuáles van a ser los términos exactos de la operación, pues a Rulli aún le restan tres años de contrato como txuri-urdin (hasta 2022). En principio, el equipo galo estaría dispuesto a pagar un millón de euros por la cesión del argentino, que además viajaría con una opción de compra de once millones.

Los acontecimientos se precipitaron ayer, y además lo hicieron de forma prácticamente pública, a raíz de una charla que Rulli y Olabe mantuvieron sobre el mismo césped del José Luis Orbegozo, en el tramo final del entrenamiento que llevó ayer a cabo la plantilla. Portero y director de fútbol, ambos con gesto serio, intercambiaron pareceres. El técnico vitoriano comunicó a Rulli que tenía que abandonar el club y la reacción del meta, visiblemente enfadado, se ha traducido en un profundo malestar por su parte respecto a la actitud del club a la hora de gestionar el asunto. Una vez que el arquero supo que la Real ve con buenos ojos su salida al Montpellier y comprobó que en las oficinas de Anoeta estaban acelerando para forzar su salida, sus representantes avanzaron con el club galo en un acuerdo que cristalizará en breve. Cuando se consume su salida, Remiro, Moyá y Zubiaurre quedarán como porteros realistas, a expensas de la situación del ordiziarra, que también podría salir cedido. -N.G.