pamplona - Es un trotamundos del fútbol. Un sevillano de Écija que se vino a Estella con la ilusión de seguir creciendo. Tiene 28 años, y la ilusión de llegar a Segunda. Ha jugado en ocho equipos, en Eslovaquia, en Italia... Ahora vive en Estella con su pareja. “El 60% de mi vida es fútbol y el resto la osteopatía y un negocio de compra y venta de coches”.

Tres goles en dos jornadas. ¿Había tenido un inicio parecido?

-Nunca. Hay campañas en las que he metido 12 o 13 goles, pero nunca me había plantado en la segunda jornada con tres goles.

El primero, desde su propio campo.

-Habitualmente los guardametas de los filiales suelen estar adelantados, por el tema del juego con los pies. Cuando salgo de un robo o de un regate en un sitio no esperado intento golpear. Cuando estaba en Valladolid, metí cuatro o cinco goles de larga distancia. Además, en esta ocasión, el viento era en contra. No soy goleador, pero siempre los goles vienen bien. La pena es que no sirvió para darnos puntos en Valladolid, pero el domingo en casa estuvimos mejor.

¿Condicionó esa derrota clara en Valladolid el segundo partido?

-El Leioa y nosotros veníamos de perder y se notó en la primera media hora. En la segunda estuvimos mejor y llegaron los goles de penalti y el triunfo.

¿Había lanzado dos penaltis en un partido?

-No, nunca. Me vi con confianza y cogí el balón. No tuve nada que ver en el primer penalti y en el segundo le dije a Gorka (Laborda) si quería lanzarlo, ya que se lo habían hecho a él, pero me dejó tirarlo a mí. No tenemos una persona encargada de lanzar los penaltis.

¿Le gusta asumir esa responsabilidad?

-Sí, todo lo que sea tener responsabilidades en el campo me gusta. Tampoco es ninguna presión, se pueden meter o fallar.

Cuando se lanza un segundo penalti en un partido, ¿es partidario de repetir la ejecución o variar?

-Tenía la corazonada de que esta semana iba a haber un penalti y analicé los penaltis de Primera y Segunda de la jornada y vi que casi todos iban a un lado, así que opté por lanzarlo al medio. Podía haber salido mal, pero el balón entró. En el segundo penalti, en cambio, lo coloqué a mi izquierda, a mi lado bueno, que soy zurdo.

¿Un penalti es un juego psicológico con el portero?

-Sí. Creo que él pensaría que yo estaba nervioso por si me adivinaba la trayectoria, pero en realidad yo pensaba que él esperaría que fuera parecido al primero y yo tenía la opción de cambiar, así que la duda la tiene él y no yo. Puede salir bien o mal, pero tienes que ir confiado.

¿Suele analizar los vídeos?

-Como es parte de nuestro trabajo, analizo lo que nos proporciona el cuerpo técnico. Me gusta el balón parado, la estrategia y el juego táctico, intento ver los partidos de otra perspectiva, no sólo para divertirme. El preparador de porteros me había comentado un par de conclusiones de este portero e intento absorber la información. La verdad es que luego durante el partido no me acordé específicamente. Me parece divertido analizar eso y lo que ocurre en Primera y en Segunda.

Los dos penaltis sirvieron para sumar los tres primeros puntos.

-Sí, eso es lo importante. La semana pasada nos vinimos con una derrota abultada. Ganar era importante para ir a Barakaldo para jugar ante un equipo que va a estar arriba. Es bueno ir con mentalidad positiva.

Y también con un nuevo proyecto.

-La confianza te la dan los resultados. La gente cree más en el proyecto, que es nuevo. Nos estamos conociendo. Los resultados hacen que ese conocimiento se acelere.

Llegó a Estella en enero.

-Sí, y marqué tres goles en media temporada. Tuve ofertas de Segunda B, pero renové porque estaba cómodo en Estella. He estado varios años en el extranjero y al venir aquí, vi un buen trato humano por parte de Alfonso (Canela) y la directiva. Es de agradecer el trato que me daban y creí que renovar era lo mínimo que podía hacer. Me sentía valorado. A veces es mejor estar entrenando feliz que ir a nuevas experiencias, en las que puedes acertar o fallar.

¿Depende de la edad con la que se toman los decisiones?

-Sí. La ambición no cambia, porque siempre quiere uno jugar cuanto más arriba mejor. Pero a veces miras la comodidad. Estoy lejos de casa y más pronto que tarde volveré, pero estoy lejos por un proyecto, por jugar a buen nivel y hacerlo lo mejor posible para escalar un peldaño en el fútbol, aunque tenga 28 años. Me gusta sentirme importante en el equipo y sentirme contento. El estado de ánimo hace mucho en un deportista.

¿Sigue teniendo ilusión por llegar a Segunda?

-Por supuesto. El fútbol nadie lo entiende. Debuté con 19 años con el primer equipo del Valladolid en Copa. Un día estás arriba y otro abajo. Quién te dice que estás en un equipo humilde, te da por meter goles, se fijan en ti y vas hacia arriba. El fútbol cambia de un día a otro.

Tiene 28 años y ha recorrido ocho clubes y tres países.

-De Écija, mi pueblo, fui al Valladolid, donde debuté en Copa en el primer equipo. Getafe B, Écija y me fui a Eslovaquia, a la Segunda División. Subimos y me lesioné el hombro. Jugué media temporada, y después me fui a Gibraltar cinco meses, donde jugué la Europa League, me dieron el MVP y me fui a Italia. Volví al Puerto Genil de Tercera, cerca de casa. Pero en enero me gustó el proyecto del Izarra, vi la oportunidad de engancharme a una categoría superior y como soy ambicioso, vine.