Da ganas de reír, o de llorar, que el principal problema de la implantación del VAR en Primera y Segunda División esté siendo de conexión técnica, es decir, de cobertura telefónica. Que si la imagen del VAR no llega al monitor que debe consultar el árbitro, que si la tele que retransmite el partido lo recibe tarde, que si la banda ancha, que si el wi-fi, que si los megas, que si los píxeles. Como en tu casa desde que cogiste esa oferta tan sospechosamente barata, pero en un fútbol que presume de estar entre los punteros del mundo. Y sin que nadie ponga ya a trabajar a los Pepe Gotera y Otilio de turno a que tiren cables e instalen antenas repetidoras, módems y demás. O a darle unos golpes al dichoso monitor, que todo puede ser. O a moverlo y levantarlo, como cuando buscas cobertura en un sótano. De las polémicas futbolísticas a las tecnológicas. Puritita Marca España.