Joao Félix dispuso ayer de dos lanzamientos de penalti en El Sadar. El primero de ellos acabó en gol y sirvió para que el Atlético se adelantara en el marcador, mientras que el portugués estrelló el segundo en el poste. La cuestión es que la guerra psicológica entre el futbolista del cuadro madrileño y Sergio Herrera resultó tremenda. El portero de Osasuna intentó desestabilizar al joven jugador del Atlético en ambos lanzamientos, pero solo le ganó la partido en el segundo de ellos, mientras que, en el primero, Herrera vio una amarilla antes del lanzamiento y se llevó una desafiante mirada de Joao Félix después de que este anotara un gol que condicionó el desarrollo y desenlace del partido.