Tardó en llegar, pero Ander Iriguíbel tuvo su merecido homenaje. El San Juan esperó dos meses a que pudiera entrar el público a la Agrupación, para evitar rendirle a uno de sus estandartes un tributo descafeinado.

“La verdad que fue sorpesa, no tenía ni idea. Ellos sí que lo sabían”, menciona el protagonista, un Ander Iriguíbel que reconoce que le extrañara que los prolegómenos del encuentro fueran diferentes a lo que estaba acostumbrado a ver en los partidos de su equipo en la Agrupación.

“Suelo ser de los últimos en salir al campo. Cuando fui al pasillo para subir las escaleras que dan entrada al campo me extrañó que no hubiera nadie. Pensé que ya habían salido todos y me pregunté qué pasaba porque no era normal. Salí al campo y vi un pasillo hecho y me fui a ponerme porque no sabía para quién era. Me dijeron que nada, que era para mí y cuando sonó por megafonía vi que era para mí”, relata el delantero.

“Supongo que lo hicieron para que hubiera gente del club. Ha sido tarde, pero mejor tarde que nunca”, se sincera un Iriguíbel que admite que va a enmarcar la camiseta junto “con el reportaje de mi tío” que le hizo este periódico.

Desde que anotara ese gol 100 ante el Pamplona, al delantero le está costando ver portería. Su equipo ganó al Valle de Egüés, recuperó el liderato del grupo A, pero fue “una pena” hacerlo “sin gol”. Ander Iriguíbel no oculta los vaciles en el vestuario. “Llegas a los 100 y ahí te quedas, me dicen. Pero los 100 es una cifra bonita”, bromea el delantero, que desea romper esa mala racha de cara a portería cuanto antes, en una temporada especial para el delantero, puesto que como premio de la temporada pasada el San Juan se midió contra el Granada en la Agrupación en una eliminatoria correspondiente a la Copa del Rey.