- El apellido Iriguíbel lleva el gol en la sangre. El primero, Patxi, formó parte de aquel tridente rojillo que encandiló a El Sadar a finales de los años 70 y principios de los 80. Era otro fútbol al que estamos acostumbrados a ver ahora. Las alineaciones, de hecho, se recitaban de memoria, y la de Osasuna por aquel entonces terminaba con un tridente formado por Echeverría, Iriguíbel y Martín. Entre los tres consiguieron anotar 46 goles en la temporada 1979/1980 - repartidos en 19 anotados por Iriguíbel, 16 que marcó Echeverría y 11 que firmó Martín-, en la que la entidad navarra consiguió el ascenso a Primera División.

El de aquella campaña fue el segundo de los dos pichichis que consiguió Patxi Iriguíbel con Osasuna de manera consecutiva, ambos en la categoría de plata del fútbol nacional. En las catorce temporadas en las que Patxi Iriguíbel se enfundó la elástica rojilla, el ariete consiguió anotar un centenar de goles en los más de 200 encuentros que disputó. Un periplo como jugador que finalizó de la mejor manera posible, con la clasificación del club rojillo para disputar una competición europea por primera vez en su historia. Misma cifra, 100, han sido los que ha conseguido anotar ahora su sobrino Ander en Tercera División. El último, el que cerraba este pasado fin de semana la victoria por 0-2 en Beitikuntzea ante el Pamplona, un resultado que, además, le sirvió al San Juan para auparse al liderato del Grupo A, compartido al mismo tiempo con el Subiza.

"Si marcas gol y sirve para ganar, tiene mayor valor", reconoce un Ander Iriguíbel que analiza el comienzo de campeonato de su equipo. Al San Juan, que no conoce la derrota en las cuatro jornadas que se han disputado hasta la fecha, le "costó arrancar" porque enlazó dos empates consecutivos a los que ha sabido acompañar con sendos triunfos en una temporada atípica para todos.

"Estamos acostumbrados a un único grupo de 20 equipos y 38 jornadas, por lo que ahora se te hace raro ver ese grupo dividido en dos de once. La composición de los grupos se hizo por sorteo y, a priori, el nuestro parece el más fácil, pero la clave de todos ha sido empezar fuerte por si se vuelve a suspender la competición, que nunca se sabe", añade un Ander Iriguíbel que apunta que para la competición se vuelva a paralizar haría falta que se hubiera disputado la primera vuelta y la primera jornada de la segunda vuelta de la misma.

Por tanto, con la posibilidad de que la pandemia vuelva a parar el mundo del fútbol, "hay que ganar los partidos como sea, porque cuantos más puntos tengamos, mejor para nosotros, no vaya a ser que luego nos llevemos una sorpresa", señala convencido el delantero del San Juan.

A lo largo de la historia del fútbol, muchos han sido los entrenadores de primer nivel a los que se les ha visto anotar sus ideas o correcciones en una libreta. Una de las más icónicas fue la del holandés Louis Van Gaal, casi una extensión de su mano cuando se sentaba en el banquillo. Sin ir más lejos, al propio Enrique Martín Monreal también se le ha visto sacar del bolsillo papel y boli durante sus etapas en Osasuna, Leganés, Burgos, Tarrasa, Xerez, Numancia, Albacete, Nàstic o Córdoba.

Sin embargo, en los banquillos del fútbol regional dan un paso más. Alfredo Ibero, más conocido en el panorama regional como Bebeto, cuida hasta el más mínimo detalle y regala a sus jugadores, a final de temporada, un librillo con las estadísticas de cada uno. Unas hojas que le han servido a Iriguíbel para llevar su propia cuenta anotadora.

"Salió la temporada pasada un reportaje de otro jugador que alcanzó los 100 goles, y entonces cogí esos librillos que nos da Bebeto a final de temporada y sumé los que llevaba hasta ese momento. Comencé la pasada temporada con 93 goles y antes de que la pandemia parase la competición yo llevaba cinco, por lo que con los dos que he anotado en este comienzo de curso, hacen los 100 en Liga", remarca Iriguíbel, a quien también hay que otorgar los dos dianas que ha conseguido en las fases de ascenso a Segunda División B con el San Juan, que no han sido suficientes para que el conjunto de la Agrupación pudiera dar el salto de categoría, uno de los candidatos a pelear por las plazas que dan acceso a disputar el play off de ascenso a la categoría de bronce cada temporada.

El último, el que consiguió anotar al Beti Kozkor el pasado mes de julio. El atacante del San Juan anotó el primer tanto del encuentro, pero su equipo cayó derrotado sorprendentemente por 2-4 contra el Beti Kozkor, que disputó la final contra la Mutilvera, quien finalmente consiguió el ascenso. La otra diana que firmó Iriguíbel fue ante el Mar Menor, en septiembre de 2014, en un encuentro en el que los navarros se impusieron por la mínima (1-0).

A sus 30 años, Ander Iriguíbel vive su vigésima temporada en el San Juan, club al que llegó a la temprana edad de 10 años. Poco a poco fue subiendo de categoría hasta que hace doce años alcanzase el primer equipo en Tercera División. Más de una década se ha pasado Iriguíbel goleando en la máxima categoría regional, desde que anotase su primer gol en la victoria por 3-1 frente al Lagun Artea.

Sin embargo, su último gol ha tenido un sabor amargo. La ausencia de público en la grada, debido al protocolo, hace que el fútbol pierda parte de su esencia. Además, al no poder entrar al vestuario, cada partido pierde "esos comentarios, esa última charla del entrenador y esa piña antes de empezar", reconoce un Iriguíbel que recibió el reconocimiento de las escasas personas que presenciaron el pasado encuentro cuando fue sustituido a diez minutos del final.

El gol llegó tras una pared con Eder Iribarren, que quedará en el recuerdo, no por la belleza del gol, sino por su significado. "También recordaré de manera especial el primer gol al Lagun Artea, así como algunos goles al Promesas, por ser el rival que es", asegura.

"Lo importante era marcar, que ya lo hice, y sí que es cierto que luego recibí varios mensajes, pero lo ideal es que hubiera sido con público y en casa, pero viendo el panorama que tenemos, no estamos como para pedir más", añade Iriguíbel.

Pese a todo ello, el ariete no esconde que le cuesta acostumbrarse a esta situación. En las últimas semanas, muchos han sido los clubes que han solicitado públicamente el regreso de los aficionados a las gradas, pilar fundamental para su supervivencia. "Es una situación rara, porque podrían entrar un mínimo de aficionados en los campos respetando las distancias pero se ha tomado una decisión que tenemos que acatar", asegura el protagonista, que admite los problemas que tiene el San Juan para entrenar.

"Las instalaciones cierran a las 21.00 y San Juan para las 20.30 tiene que tener todo vacío ya. Entrenamos a las 19.00, y hay días que no viene gente por motivos de estudios o de trabajo. Fastidia porque al principio de la temporada no sabes que esto va a suceder y ahora te encuentras que hay gente que llega tarde, otros que cambian turnos, pero hay que entender esta situación", razona un Ander Iriguíbel al que todavía le quedan goles por anotar para agrandar su centenaria cifra.

"También recordaré de manera especial el primer gol al Lagun Artea"

Jugador del San Juan