El Cirbonero regresa tres temporadas después a disputar una fase de ascenso y lo hace de nuevo bajo la dirección desde el banquillo de Sergio Vázquez, que en 2018, cuando disputó la última fase de ascenso, pensó en dejar el equipo. La historia reciente del club de Cintruénigo no se entiende sin la figura del técnico, que en la última década ha dirigido al club en ocho temporadas y media.

Sergio Vázquez es, junto con Bebeto, uno de los entrenadores de esta fase de ascenso que más han disputado. Con cuatro en su palmarés, la experiencia es un grado aunque la fase de ascenso sea diferente a las anteriores. "Son partidos especiales, bonitos. Quizás este año en el aspecto emocional puede parecer un poco deslucida, porque no tenemos esos viajes o esos momentos de convivir con la afición, pero estamos muy contentos de haber podido entrar en este año tan complicado", comenta Sergio Vázquez, su técnico.

Esta quinta fase para el club de Cintruénigo, fundado en 1945, y como cada una de las anteriores, esta tiene un componente especial. "Estamos intentando preparar cada partido como se merece. No es una fase al uso, hay 6 jornadas y hay semanas de descanso que igual nos ayudan a recuperar a gente o vete tu a saber para qué, pero estamos con mucha ilusión. Yo les digo a mis jugadores que esta fase es la que más valor tiene, por la situación que estamos viviendo con la pandemia. Dice el haber entrado que hemos hecho las cosas bien y ahora tenemos que disfrutar. No vamos con presión y a ver hasta dónde podemos llegar", expone el técnico.

Sergio Celihueta, Mario Jiménez, Javier Álvarez, Rubén Martínez y Mario Ayala son los jugadores que, junto a Sergio Vázquez, van a disputar las cuatro últimas fases de ascenso. "Dentro del grupo hay bastantes jugadores que van a vivir las cuatro y son los principales emisores del mensaje que el entrenador quiere dar, de cómo se viven los partidos, del componente emocional y de dar valor a todas las acciones. Son partidos de los que vas a recordar toda la vida y siempre vas a hablar de las acciones de esos partidos de fase de ascenso. Cintruénigo se ha volcado en las otras fases de ascenso y este año no sé cómo lo vamos a poder suplir", señala Vázquez.

La presencia del Cirbonero en la fase de ascenso se cerró en la última jornada. La clave del éxito ha estado, para el preparador, "en la creencia de que podíamos meternos y porque la temporada ha sido una montaña rusa de emociones y de situaciones cambiantes por la pandemia. Ahora llegamos en un buen momento, por implicación y números de jugadores, porque hemos pasado por momentos en los que hemos sufrido mucho".

Sin embargo, el idilio entre Sergio Vázquez y el Cirbonero estuvo a punto de llegar a su fin en 2018. Tras jugar ante el Yeclano, el técnico quiso dar un paso a un lado. "Quizá en aquel momento entendí que habíamos jugado tres fases consecutivas y la Copa del Rey y llegué muy agotado mentalmente. Fueron tres temporadas sin tiempo para preparar la siguiente. Quizás el aspecto emocional, que en Cintruénigo movimos a mucha gente y generamos mucha ilusión y sentí que debía dar un paso al lado para coger algo de oxígeno. La situación hizo que los resultados no iban como al club le gustaría y volví con la misma ilusión de siempre", rememora.

Por último, preguntado por lo que le supondría al club el ascenso, Sergio Vázquez no sabe "poner el calificativo, no sé qué decirte. Sería el broche a este proyecto. Porque el Cirbonero se ha convertido en un club muy importante en la Ribera. El Tudelano se nutre de jugadores de toda España y en el Cirbonero solo hay jugadores de la zona. En las últimas fases nos han salido Rodrigo Sanz, Alayeto (que está en Badajoz), Montori... Ha habido mucha gente que ha ido creciendo y refrendar ese crecimiento con un ascenso sería un premio colosal".