- Cuando Javier Ruiz y Bilal Badek recibieron un correo electrónico de la Federación Navarra ofreciéndoles arbitrar en el Torneo Interescolar, no se lo pensaron. Sus compañeros en el mundo del arbitraje les recomendaron la experiencia y los dos jóvenes navarros se apuntaron buscando una experiencia única.

Javier se vistió de árbitro por primera vez después de que le picara la curiosidad en el confinamiento de 2020. "Yo en ningún momento de mi vida pensé ser árbitro, estaba contento viendo los partidos desde la grada, pero no sé que me dio en la cabeza", reconoce Javier Ruiz. Al joven árbitro se le presentó la oportunidad de realizar el curso de formación y después de arbitrar su primer encuentro decidió que esto era lo suyo.

Bilal siguió un camino similar al de Javier para llegar al Torneo Interescolar. Comenzó a arbitrar hace menos de un año, interesado por cómo se vivía un partido con un silbato en la mano.

Javier y Bilal están viviendo su primer Torneo Interescolar como árbitros estas navidades. Bilal había participado como jugador en el torneo, pero reconoce que esta también es una experiencia única: "Es inolvidable, son momentos de nervios, alegrías y tristezas". "Se disfruta el doble por el gran ambiente que hay en Tajonar, de hecho, se pueden escuchar hasta tambores", añade Bilal mientras apunta a un grupo de aficionados que animan desde la grada.

Javier reconoce que es su primera experiencia arbitrando fútbol 8, pero afirma que no le ha costado adaptarse al formato: "Los chavales son muy nobles y protestan mucho menos que lo mayores". La inocencia del que juega para disfrutar permite que en el Torneo Interescolar se vean partidos mucho más limpios y con muchas menos interrupciones por faltas. "No hay peleas, ni insultos, se piden perdón cuando cometen una falta y no dan nada de guerra", añade Bilal. Javier afirma que cuando los escolares se molestan es porque no se pitan las manos: "Están acostumbrados a que cualquier cosa es mano, pero al ser de rebote o estar en posición natural, no las sancionamos. Paramos el partido, se los explicamos y no hay mayor problema".

Javier afirma que son los padres y entrenadores los que más se suelen quejar, pero no ha tenido ningún problema grave con ellos: "En el primer partido estuve un poco flojo, algún que otro aficionado me lo recriminó desde la grada, pero enseguida los demás padres le pararon los pies".

El estilo de arbitraje en el Torneo Interescolar es diferente al de las categorías cadetes o juveniles, principalmente por la edad de los jugadores. El objetivo de los árbitros en el torneo navideño es enseñar y que los escolares se diviertan, es por ello que son mucho más laxos en la interpretación del reglamento. "En el partido que acabo de arbitrar han sacado de banda dos veces pisando la línea, la primera la he dejado pasar, pero la segunda la he marcado como infracción. Si se lo permito a uno, luego me lo hará otro", afirma Javier. Tampoco se amonestan a los jugadores y solo se sanciona con amarilla aquellas infracciones graves. Las tarjetas están prácticamente reservadas para los entrenadores, que "son quienes tienen que dar ejemplo a los escolares". "Yo no he tenido que amonestar a nadie, pero uno de mis compañeros expulsó a un jugador y a un entrenador en un partido que llegó muy tenso e igualado al final", concluye Javier.

Antes de cada partido, Javier y Bilal repiten el mismo procedimiento. Se acercan a los jugadores de cada equipo y tratan de romper el hielo y mostrar confianza preguntándoles por cómo han ido el resto de partidos. Después les desean suerte, les tratan de tranquilizar y les recuerdan cuál es el verdadero objetivo del torneo, disfrutar.

Bilal y Javier son habituales de la categoría juvenil. Javier Ruiz empezó a arbitrar tras el confinamiento de 2020 y sus primeros pasos como árbitro los ha dado en los campos de la liga juvenil navarra. Ocasionalmente también coge el banderín y asiste en los partidos de regional preferente junto a alguno de sus compañeros del Torneo Interescolar. Bilal Barek, con una trayectoria más corta con el silbato, lleva un año arbitrando a los cadetes y juveniles. Ambos árbitros coinciden en que los escolares son más nobles y que dan menos guerra que sus homólogos en las categorías superiores.

"Es inolvidable, son momentos de nervios, alegrías y tristezas.

Se disfruta el doble"

Árbitro del Torneo Interescolar

"No hay peleas,

ni insultos, se piden perdón cuando cometen una falta"

"Algún aficionado me ha recriminado mi arbitraje, pero enseguida le pararon desde la grada"

Árbitro del Torneo Interescolar