Aritz Gomara, que llegó al Pamplona hace 12 años para hacerse cargo del equipo de fútbol 7, ha dejado de ser entrenador del equipo de Tercera. “Creo que hay veces en la vida que hay que saber dar un paso al lado. No es una mala racha de resultados, porque he estado en situaciones peores, pero llevábamos unas semanas en las sentíamos que el mensaje no llegaba. La crisis de identidad del equipo es grande, no éramos nosotros”, expone el ya extécnico, que incide en que “trasladé al equipo que pese a trabajar muy bien durante la semana en los partidos la situación era diferente. Veíamos síntomas de agotamiento y hemos decidido dar el paso ahora porque la situación objetiva es buena”.

El Pamplona, a pesar de haber sumado 7 de los últimos 27 puntos, marcha en sexta posición, fuera de los puestos de play off de ascenso a Segunda RFEF, pero a dos puntos del tercero clasificado. “He estado toda la vida en el Pamplona y hay momentos en los que hay que anteponer el equipo y el club al posible ego que tenemos los entrenadores y que muchas veces nos impide ver las cosas con claridad y entender que es un momento para hacerlo”, agrega.

Esta tarde, a partir de las 20.00 horas, Beti Onak y Valle de Egüés disputarán uno de los partidos pendientes que tiene la Tercera RFEF por celebrar, que en su día fue aplazado por el brote de Covid que afectó al cuadro de Villava, que llega a la cita después de la goleada endosada al Pamplona en la última jornada, mientras que el Valle de Egüés ganó por la mínima al Avance.