Una vez comenzada la guerra, es inevitable mirar alrededor y buscar ucranianos que tengamos cerca para que nos den su opinión, para saber cómo viven desde la distancia la invasión rusa e incluso para trasladarles nuestro apoyo. El testimonio de un futbolista del Sporting de Gijón ha sido uno de los impactantes que se ha escuchado estos días.

Vasyl Kravets, lateral zurdo de 24 años e internacional absoluto con su selección nacional, está pasando unos días muy malos. Si bien es cierto que tiene a su mujer y a su hija con él en Gijón, el resto de su familia sigue en Ucrania, y él es incapaz de dormir pensando en ellos y en el resto de compatriotas. De hecho, este viernes no ha podido ni acudir al entrenamiento del Sporting, con lo que probablemente se pierda el partido de este fin de semana. Para él el fútbol es su profesión, pero no su prioridad en la vida.

“Quiero ir a la guerra y ayudar a mi gente, pero no sé cómo disparar ni recargar el arma. Soy un jugador, no un chico importante para la guerra. No sé nada, de guerra pero quiero ayudar, y si Ucrania me necesita voy”, ha asegurado a Radio Marca y Cope en entrevistas muy emotivas en las que el futbolista ucraniano ha repetido en varias ocasiones que, si dependiera de él, iría al frente, aunque es consciente de que es un profesional del fútbol y se debe al equipo asturiano.

Kravets, muy activo denunciando la violencia del Ejército ruso en sus stories de Instagram, tiene claro que la culpa no es de la población rusa: para él sólo hay un culpable, al que llama "terrorista": “Todo es culpa de Putin, no digo de los rusos, porque estoy seguro de que muchos no quieren esto. Él lleva ocho años atacando a Ucrania, es una mala persona, el único culpable. Quiere matar a muchas personas. Nosotros somos un país que no quiere tener problema con otros, sólo queremos vivir tranquilos. Pero ellos vienen a nuestro país a matar gente, a disparar a nuestros aeropuertos, a las ciudades, a los hospitales... Por eso tenemos que defender nuestro territorio, no podemos dejarle a Putin entrar a coger todo”.

El jugador, que mantiene contacto constante con su familia ucraniana, pide ayuda a las potencias de occidente para que no les dejen solos frente al potente Ejército ruso. “Europa y América tienen que parar todo esto con palabras y con sanciones económicas fuertes. Ojalá que no sea una guerra larga y que termine mañana, porque la gente tiene mucho miedo en mi país”.