Volver a Primera Regional y regresar a la casilla de salida es lo que le ha tocado esta temporada a Hodei Buldain. Fue en la que ahora es la octava categoría del fútbol nacional cuando, bajo los palos, comenzó a escribir las páginas más gloriosas de la historia reciente del Beti Kozkor. Su equipo, su club, su casa y su familia, de la que se tuvo que despedir en verano después de 17 años. Ahora se ha reseteado, ha cambiado el dorsal 1 por el 10, y es él quien golea por los campos. 22 dianas en 20 partidos (promedia 1,1 goles por encuentro) disputados aparecen en sus estadísticas, las dos últimas conseguidas este fin de semana. Unos números que le han llevado a convertirse en el tercer máximo goleador de toda la Primera Regional en Navarra.

"Al final, con todos los vaivenes que hubo en Lekunberri no surgió la oportunidad, fue todo a última hora, nos pilló de sopetón cómo zanjaron el tema y me salió esta oportunidad. También pensé en no hacer nada y esperar al mercado de invierno, por si salía otra oportunidad. Pero al ser cerca de casa, y menos días, me decanté por esa comodidad por los estudios y fue así. Lo de delantero, me surgió la oportunidad de probar y fue así", narra Hodei, sobre su llegada a Leitza, a la que no le faltó la anécdota. "El entrenador sabía quién era yo por mi nombre, pero no me conocía. Cuando fui y le dije que era Hodei, el portero del Beti Kozkor, y que iba a jugar de delantero, no se lo creía. Tuve que ir a por el DNI al coche para enseñarle que era yo de verdad. A la gente al principio le chocaba que estuviera ahí, que a ver qué hacía, que me fuera en invierno porque no podía desaprovechar el status, pero conforme les iba contando la historia por la que estaba ahí la gente lo iba entendiendo", bromea.

A pesar de ello, ofertas no le faltaron para competir incluso en Segunda RFEF. "El currículum que teníamos como equipo, más que individual, era muy bueno, con los ascensos que conseguimos y las fases de ascenso que jugamos. Yo tenía que hacer lo mío y con la defensa y todo el equipo funcionábamos muy bien y los números estaban ahí. Quieras o no al final se juntaba todo y había gente interesada y llegaron muchas ofertas. Pero hice todo lo posible para quedarme en el equipo del pueblo, por una cosa u otra no pudo ser y aquí estoy", expone.

Sobre el cambio de posición, y la facilidad con la que está viendo portería, Hodei reconoce que "la verdad que está saliendo bien. Siempre se me ha dado bien y alguno del equipo bromea con que en Tercera también podría jugar. Entrenando se ven unas cosas y puedes intuir que puede funcionar, pero hasta que te pones de verdad y conoces la categoría no lo ves. Las cosas están saliendo mejor de lo esperado, el equipo de Leitza también ayuda mucho y de cara a puerta estoy muy acertado. Es toda la vida entrenando de jugador porque no teníamos entrenador de porteros para eso estaba yo", al tiempo que destaca que no es la primera vez que juega lejos de la portería. "Siempre ha sido algo que me ha gustado mucho y todos los jugadores con los que he jugado sabían, y al final, toda la vida acostumbrado a no tener entrenador de porteros, pues muchas veces he estado entrenando de jugado y es algo que me ha llamado la atención. Y este año, por cómo han ido las cosas, me surgió la oportunidad de jugar porque no tenía nada hecho y contento con la experiencia y la verdad que lo estoy disfrutando mucho. Antes en juveniles, en partidos de fin de temporada en los que ya estaba todo decidido, Rodri me puso ante el Azkoyen, creo, un rato, en Primera Regional también con el Beti Kozkor. Eran partidos sueltos, no como ahora que es de continuo", agrega.

En cuanto a lo deportivo -restan tres jornadas para el final de la liga regular- el objetivo no es otro que "quedar primeros para que el play off sea lo más accesible posible, y lo tenemos muy bien encaminado. Ser el pichichi es un premio individual -tendría que superar a Juan Carlos Garde (24) y Jon Mendive (23)-, que es muy bonito, y la sensación de marcar un gol es una felicidad plena, pero lo más importante es conseguir el ascenso a Preferente".

El Beti Kozkor, mirado por el rabillo del ojo

Tras un verano de cambios, teniendo que formar un equipo partiendo prácticamente desde cero, la realidad es que el Beti Kozkor ha pasado de estar peleando por ascender a Segunda B y Segunda RFEF, a pelear por mantener la categoría esta campaña. Para un chico del pueblo, "es una sensación agridulce. A veces piensas que con todo lo que ha pasado tampoco soy yo el que más se va a apenar por cualquier derrota, pero luego piensas en que es el equipo del pueblo, te queda algún conocido ahí y quieras o no es donde he crecido yo, es el equipo de toda mi vida, y que la cosa no vaya bien quieras o no te afecta", se sincera Hodei.

El exjugador del club de Lekunberri reconoce que "no perdemos el contacto los que éramos el año pasado y no solamente te lo digo yo, sino cualquier otro compañero, todos echamos de menos aquello. Yo estoy muy contento en Leitza, he encontrado un ambiente muy cálido, me han acogido muy bien desde el primer día, ahí tengo una familia también, pero lo de Lekunberri es muy difícil que se repita" y finaliza, hablando sobre qué le deparará el futuro, reconoce que "está todo igual de abierto que el año pasado. Estoy muy centrado en cumplir el objetivo, pero hay muchos frentes abiertos. No he cerrado para nada el volver a la portería, tampoco cierro el poder seguir. Hay muchos incentivos y el primero es Rodri, que siempre que tenga el teléfono preparado para mí es muy difícil no cogérselo. No tengo ni idea de lo que voy a hacer".