Tres temporadas en el primer equipo, además de una cuarta en Autonómica, es el bagaje con el que Jonathan Unanua pone fin, por el momento, a 23 años entrenando de manera ininterrumpida. El míster considera que ha llegado el momento de descansar, disfrutar de la familia, pero no cierra la puerta a volver en un futuro a la que entiende que es su pasión.

"Ya estamos más tranquilos, por todo. En principio la idea es dejarlo por una temporada porque la verdad es que después de 23 años seguidos y se me hace rara la situación, tanto para el cuerpo como para la mente y la familia. Creo que mentalmente han sido tres años difíciles, los resultados han sido los que han sido. El primer año quedamos décimos, el año pasado novemos, pero en los dos partidos de la última fase ganamos ante Txantrea y River Ega y nos metimos en la de en medio, pero la anterior fue complicada y este año también. Y al final eso hace mella mentalmente y de salud y no es fácil. Ha habido que pelear, pelear y pelear hasta el final. Esperemos que la Mutilvera nos acompañe y así me pueda ir de la mejor forma posible, que es dejar al equipo en Tercera, que es donde se merece", comienza valorando el técnico.

Unanua afrontaba su tercera temporada en una categoría que "no había entrenado nunca a una categoría de este nivel. Siempre había estado con cadetes en Osasuna, infantiles, fútbol 7... Te tienes que amoldar porque por un lado es exigente, pero por otro tú no puedes ser exigente con los jugadores porque el jugador es una persona que está trabajando, está estudiando, y tiene su vida fuera y tienes que tener cuidado con la exigencia, porque es un hobbie para ellos y tienes que cuidar la forma de entrenar. No puede ser tanto táctico, que hay que hacerlo, pero no saturar. La diferencia está en la gestión de grupo. La pelea, la disputa de cada partido hasta último momento, la forma de jugar..."

"Lo importante es ganar, no la forma en la que lo hagas. Han sido tres años muy bonitos, una experiencia muy bonita que me llevo. Yo quería saber si lo podía hacer o no, y me voy con esa satisfacción de demostrarme a mí mismo que sí he sido capaz de entrenar a un equipo de esta altura contra todo lo que se hablaba, pero sí que es cierto que mentalmente es duro y complicado. Pero ha sido satisfactorio y me llevo un buen aprendizaje. Agradecer al club la confianza, a los que han estado conmigo peleando, aunque haya sido yo la cabeza visible, a los jugadores, que sin ellos no sería nada", agrega.

En cuanto al futuro, el preparador se sincera y reconoce que "la idea que tengo, como he dicho a mis jugadores o club, es parar, porque lo necesito. Pero en esta vida no sabes lo que va a ocurrir, pero para volver tendría que ser algo económicamente y deportivamente muy bueno. Lo que necesita ahora mi cuerpo es parar y disfrutar de mi mujer y mi hija. Entonces la idea que tengo es de parar un tiempo, el que necesite, pero con la pasión que tengo está claro que tarde o temprano se contemplará la forma de volver. Es momento de reciclarme, estudiar, aprender cosas nuevas y utilizar ese tiempo en la familia".