pamplona - El sábado David Urdánoz pitó el partido definitivo del play off por el título entre ElPozo y el Barça. Es el único navarro en la Primera División de fútbol sala y acaba de subir un escalón como internacional que le abre las puertas de Europeos y Mundiales.

En el quinto partido de la final por el título de Liga, ¿se notan los nervios?

-Sí. Son partidos diferentes. Los dos equipos se juegan la temporada y es como una final. Además, es el quinto partido, por lo que cuenta lo que ha pasado en los cuatro partidos anteriores entre ellos, con sus polémicas. Se nota esa tensión, presión. Es el último partido del año, pero no hay nada hecho. Son partidos nerviosos, complicados, pero a todo el mundo nos gusta estar ahí.

Si le eligen para arbitrar un partido de esa trascendencia es señal de que la temporada ha ido bien.

-Mi compañero y yo decíamos que si nos han dado este partido, es que no vamos a descender. Bromas aparte, la temporada ha ido muy bien. Y es en este tipo de partidos donde los árbitros que hemos estado más acertados o hemos tenido un poco más de fortuna lo podemos afrontar como un premio, un refrendo y una confianza en que lo vamos a sacar adelante. Son los partidos bonitos.

¿Está contento con su arbitraje?

-Sí. Las finales hay que sacarlas. En un partido con tanto en juego, hay muchas cosas para pitar, pero somos humanos y te puedes equivocar. Si tienes la suerte de que los errores que pueda haber no influyan en el resultado, mucho mejor. La verdad es que no tuvimos ningún problema ni con el equipo ganador, que lógicamente estaba muy contento, ni con el equipo perdedor. No tuvimos ninguna influencia en el resultado.

Y ahora, ¿vacaciones?

-Bueno, vacaciones, pero en un mes tenemos que ir a Madrid a pasar las pruebas físicas, lo que significa que hay que prepararse. También puede cambiar el reglamento, por lo que nos tocan charlas para consensuar los cambios... Por desgracia, no desconectamos nada. Van a ser unos Sanfermines duros, porque tocará entrenar.

¿Tienen cada vez más dedicación, como los árbitros de fútbol?

-El nivel de dedicación plena de un árbitro de fútbol no lo podemos tener, porque nos dedicamos a esto a tiempo parcial, por divertimento. Pero el nivel de exigencia es similar. No tenemos tanto respaldo mediático detrás, pero la parte técnica, física, de conocimientos y de autoanálisis tenemos que hacerla igual. Tanto los compañeros de fútbol como nosotros tenemos la obligación de ver el partido que hemos arbitrado entero y nos tenemos que hacer un autoinforme que reportamos al Comité Nacional.

¿Llegará el VAR al fútbol sala?

-Por ahora se han hecho pruebas en la final de la Copa y en la Supercopa, pero acabará llegando. Como decía mi compañero Alberto (Undiano), el VAR nos habría solucionado la vida en algún momento. Somos presa de nuestras decisiones, pero son decisiones tomadas en el momento. No tenemos repeticiones, ni multiángulos. Si tienes la mala suerte de que, aun teniendo una colocación correcta, no veas una mano, y esa mano sea decisiva para un partido en el que está en juego un título, somos los primeros interesados en tener esa ayuda del VAR para ser más justos y tomar la decisión correcta. Lo bueno que tenemos en fútbol sala es que es un deporte de muchos goles, donde pasan muchas cosas, y en ese sentido las decisiones más importantes en un partido de fútbol como un penalti, por ejemplo, en fútbol sala no es tan trascendente, aunque lógicamente si es al final del partido puede serlo. Pero hay más goles y más circunstancias. Eso no quita para que esa ayuda de más que podemos tener, nos puede solucionar la vida en un momento dado.

¿Se ha implantado en otras Ligas?

-No. Parece ser que FIFA quiere incorporarlo en el próximo Mundial. Implantarlo significa una inversión de realización, cámaras, un puesto adicional para ver monitores, compañeros que estén en el VAR... Como todo en esta vida, hacen falta recursos y todavía estamos lejos.

¿Le ha tocado arbitrar con VAR?

-No, pero si llega, habrá que aprender. Uno está acostumbrado a tomar decisiones en vivo, pero ver la jugada a través de un monitor necesita un aprendizaje.

Esa formación necesitará tiempo.

-Sí. Y salvo los árbitros de fútbol y tal vez los de baloncesto, el resto nos dedicamos a esto cuando podemos y lo hacemos por hobby, en el tiempo libre que nos deja el trabajo y la familia.

¿Cuántos partidos ha tenido esta temporada?

-En Primera División he pitado doce y cuatro de play off. Pero este año ha sido bastante prolífico en partidos internacionales. He estado en la previa de la Champions en Suecia, en el Mundial Universitario en Kazajistan y en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Argentina, como único árbitro español. Fueron tres semanas y acabas pitando siete partidos, entre ellos el del tercer y cuarto puesto y nunca sabré si podría haber pitado la final, porque estaba Rusia y era un equipo UEFA.

Desde su debut internacional en enero de 2017, su actividad ha ido creciendo.

-Sí. Además, la semana pasada me notificaron el ascenso de categoría al grupo First, es decir, he subido al segundo escalafón, que permite ya arbitrar en Europeos y Mundiales. Por encima está el grupo Elite, compuesto por 16 árbitros UEFA, y el First, al que acabo de subir, está formado por 21 árbitros UEFA.

No es profesional del arbitraje. ¿Cómo se organiza?

-Al trabajo no le puedes quitar horas, así que por desgracia se lo quitas al ocio y a la familia. Depende de lo comprensivos que sean en tu familia. Yo siempre que puedo, intento que mi familia venga conmigo. Pero por desgracia, son pocos. Mis vacaciones son para todos los partidos de competiciones europeas, así que ahora mismo no me puedo ir de vacaciones.

Menos mal que está casado con una compañera de arbitraje.

-Sí. Mi mujer, Nerea, es cronometradora de Primera División, yo le metí el gusanillo del fútbol sala, así que es comprensiva con la situación. Y tengo una hija. He de reconocer que cuando me fui a Argentina tres semanas, dejar aquí a una niña de dos años fue duro. Con las nuevas tecnologías se hace más llevadero, pero son cosas que se llevan en el cargo.

Tiene 39 años. Está a tiempo de todo.

-Sí. Me quedan seis años de arbitraje si todo va bien, y entre medio hay dos Mundiales y tres Europeos, hay oportunidades. Llevo 13 años en Primera División y necesitas tus retos y tus motivaciones que mantengan la ilusión, porque ya has arbitrado muchas cosas y es mucho el tiempo que le quitas a tu familia. Eso no quita para que cuando toca pitar cada final sea un reto y una ilusión.

Iniciará su 14ª temporada en Primera, un año más en una Liga con dos equipos navarros en la elite.

-Sí. A día de hoy no se valora, pero si algún día falta, esperemos que no, nos daremos cuenta. Eso hace que la rivalidad entre ambos les haga mejorar y yo puedo ver fútbol sala de muchos quilates aquí mismo cuando no tengo que viajar. Tengo buena relación con ambos equipos, tanto con directivas como por cuerpos técnicos, y espero que les vaya muy bien, aunque si les va muy bien muy bien no les podría pitar (bromea).

¿Habrá algún árbitro navarro más en Primera a corto plazo?

-Por ahora hay tres en Segunda (Eduardo Otamendi, Mauricio Bravo y Fran Medina Herrera) y dos han pitado la fase de ascenso a Primera. Espero que me acompañen pronto.

¿Y para cuando más chicas árbitras?

-A nivel de comité el número crece, pero este último año no ha entrado ninguna nueva. Trato de tirar de mi mujer para que vaya convenciendo a alguna, pero nos falta un poco más de visibilidad. Por ejemplo, en el Mundial femenino, ver a las chicas arbitrar a ese nivel, ayuda para romper barreras de prejuicios. En Primera División hay una chica de Valencia que es internacional. Es indiferente que seas chico o chica. Hay que animarlas para dar el paso.