enchufado a la evolución. Todavía con el grato recuerdo en la mente de la prueba dinámica del Kia Soul eléctrico publicada hace ahora tres años, ponerse a los mandos del nuevo Kia e-Niro, el SUV compacto eléctrico de la firma coreana, supone asistir a la gratificante evolución de la conducción y la propulsión eléctrica. Y es que, por encima de las frías y necesarias cifras con las que prometo aburrirles a continuación, están las reconfortantes sensaciones que le deja a uno en el cuerpo haber pasado una lluviosa, pero también ilustrativa, mañana de sábado al volante de este acertado eléctrico de Kia.

Disponible en dos niveles de potencia y autonomía, el Kia e-Niro se ofrece con 136 CV de 2.600 a 8.000 rpm, 395 Nm de 0 a 2.400 vueltas, 155 km/h de velocidad máxima, un paso de 0 a 100 km/h en 9,8 segundos y una autonomía homologada de 289 kilómetros; o con 204 CV de 3.800 a 8.000 rpm, 395 Nm de 0 a 3.600 giros, 167 km/h, 7,8 segundos de 0 a 100 km/h y hasta 455 km de autonomía. Nosotros nos hemos deleitado con la versión más asequible, a la venta por 34.925 euros en la completa terminación Concept (36.425 euros en el ya un tanto sibarita acabado Drive probado), a los que descontar las ayudas gubernamentales, que con el Plan MOVE ascendían a 5.500 euros.

Como en todos los eléctricos, la puesta en marcha se hace en total silencio y prestando atención al excelente cuadro de mandos para tomar nota de que el vehículo está dispuesto a emprender la marcha. Sin cambio de velocidades, con la opción de elegir entre tres claros, bien definidos y sinceros modos de conducción (eco para ahorrar; normal para movernos con una respuesta consistente, pero no abrumadora; y sport para recrearnos con un empuje excelente); y sin olvidar que también podemos regular el nivel de retención del motor para acumular carga en las baterías, el e-Niro se pone en movimiento.

Por ciudad es ciertamente donde más se aprecian las bondades de los eléctricos. Silenciosos, progresivos, lineales, respetuosos con el medio ambiente y las personas, nos invitan a una conducción cívica y responsable. Ya en carretera las tornas varían en cuanto escogemos el modo de conducción normal, que puede ser el más adecuado cuando se trata de moverse con cierta alegría, pero sin excesos deportivos. Con buena capacidad para adelantar y un acelerador que lee nuestro cerebro a la más mínima insinuación, el e-Niro se desplaza como si flotase sobre el asfalto, a modo de alfombra voladora, sin ruidos mecánicos y con una contenida sonoridad aerodinámica y de rodadura. Exquisito.

Me adentro en un tramo de curvas y activo del modo sport. Aquí la cosa cambia. Las aceleraciones son enérgicas, la sensación de empuje resulta adictiva y la impresión de tener muchísimo poderío, fruto de esos 395 Nm y 136 CV, dibujan una sonrisa en nuestra cara imposible de disimular. Lástima que la lluvia, que apareció tras una asfixiante semana con una segunda ola de calor que parecía interminable, impidiera probar más a fondo las virtudes del bastidor del e-Niro, porque el rendimiento de su motor eléctrico invitaba a apurar las prestaciones en busca de diversión al volante. Eso sí, no hay que olvidar que los kilos en un eléctrico siempre son más, como nos lo recuerda un peso en orden de marcha de 1.667 kilogramos, que en el e-Niro de 455 km de autonomía suben a 1.812 kg.

Al final de la prueba las impresiones son plenamente satisfactorias. A las conocidas virtudes del Niro, con unas dimensiones razonables (4,375 metros de largura, 1,805 de anchura, 1,570 de altura, 2,700 de distancia entre ejes y un maletero que anuncia 451 litros de capacidad) se suma un espacioso, confortable, exquisitamente diseñado y ejecutado habitáculo con un equipa- miento más que satisfactorio.

Los únicos puntos mejorables son un contenido maletero con kit reparapinchazos en lugar de rueda de repuesto y que el pack Luxury, que incluye el sistema de detección de ángulo muerto con alerta de tráfico trasero, sólo esté disponible en opción para el acabado superior (Emotion). En todo lo demás, este e-Niro nos traslada a una nueva forma de movilidad que resulta respetuosa con las emisiones y los ruidos, placentera y funcional en todo momento y, además, nos invita a ser conductores más cívicos. Todo en él resulta fácil, cómodo y agradable. Es como si uno llevara conduciendo eléctricos toda la vida. Bendita evolución.

KIA E-NIRO